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El guión curatorial está a cargo de William Paats, Félix Cardozo Mareco y Carlos Sosa Rabito, los textos fueron realizados por Félix Cardozo Mareco, Carlos Sosa Rabito y Lia Colombino y la museografía es de William Paats.
En la exposición se parte de que la condición humana es pura existencia condicionada y son a esas condiciones inconceptualizables a las que Olga interpela a través de su discurso visual. Por lo mismo, la artista no se empeña en crear ni mucho menos representar mundos, sino más bien intenta emanciparse de ellos por medio, no de la simple transformación, sino de la verdadera transfiguración, de lo único inmanente del ser.
Olga Blinder (1921 - 2008) ha desarrollado un trabajo crítico con respecto al stronismo, ya desde fines de los años cincuenta, denunciando las torturas.
“Ya en 1959, poco tiempo después de haber subido (Alfredo) Stroessner al poder y de haber llegado el arte moderno al Paraguay, Olga Blinder realizó un grabado titulado “Miedo”, que en ese contexto no podía sino referirse a la situación de temor, inseguridad y sobresalto sufrida por la ciudadanía. Sus xilografías llamadas osadamente “El torturado”, 1963, tratan sin ningún eufemismo el tema del suplicio que ya estaba instalado como práctica represiva y como estrategia de información”, señala Osvaldo Salerno en un ensayo sobre el arte que denunciaba los atropellos de la dictadura.
Olga Blinder integró junto con Josefina Plá, Lilí del Mónico y José Laterza Parodi el grupo Arte Nuevo. En 1959, junto a Augusto Rodríguez, fundó la Escolinha de Arte de Asunción, dependiente de la Misión Cultural Brasileña, que dirigió hasta 1976. Poco tiempo más tarde fundó el TEI (Taller de expresión infantil), luego el IDAP (Instituto para el desarrollo armónico de la personalidad) y finalmente el ISA (Instituto Superior de Arte) hoy dependiente de la Universidad Nacional.