Cargando...
Mónica Bustos, pese a su juventud, es considerada una de las novelistas referenciales de los últimos tiempos en nuestro país.
De acuerdo con lo que señala el prólogo del libro, escrito por Bernardo Neri Farina, “Humberstone” reúne la exótica fantasmagoría de Mónica Bustos, “a sus poderosas fantasías para emprender con ellas su incesante búsqueda creativa, tan obsesiva como la búsqueda que emprende Dag (el protagonista de la narración) tras su niña perdida en un pueblo perdido y los músicos escoceses arenados por el desierto”.
Para Mónica, una obra literaria es, precisamente, “un camino que cruza el desierto” y “no una piñata que revienta en su final”, refiriéndose a eso tan común de que una buena obra literaria debiera tener un final sorpresivo.
En tips que no huyen de la expresión poética, Mónica nos habla de cómo siente la literatura y cómo ella, al escribir sus obras, se desprende de prejuicios, de estructuras preestablecidas o de aquello que es literariamente correcto: “Una vez alguien dijo que los finales de los libros deberían de sorprender.
Disiento. No pienso en el final cuando escribo, las cosas se escriben solas y tienen el final que quieren, a mí me gusta escuchar el sonido de las palabras cuando se dibujan en la hoja”.
Farina apunta que “Humberstone” es “una novela exuberante impulsada por la cada vez más vigorosa y feraz capacidad creativa de Mónica Bustos, ante quien redoblo mi afirmación de que es una de las mejores escritoras del Paraguay”.
Bustos nació en Asunción en marzo de 1984. A los 19 años publicó su primera novela “León Muerto”; a los 20 años, el libro de relatos “Complejo de Bustos”. Sus novelas más celebradas son “Chico Bizarro y las moscas” (premio “Augusto Roa Bastos”, 2010) y “Novela B”.