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“Lo que veo y que siempre se planteó en todas las épocas es que hay que tener políticas culturales”. El futuro ministro debe “convocar a los principales referentes culturales en todas las áreas: artes plásticas, literatura, danza, teatro; una especie de consejo que debe reunirse con él para que cada uno de ellos le diga qué es lo que necesita”, manifestó el también escritor.
Entre tanto, para dar visibilidad a nuestros representantes culturales, debe haber rubro para viáticos y pasajes. “A veces no podemos ir a reuniones importantes de nivel internacional porque no hay, como cuando hay que ir a alguna feria del libro, por ejemplo”, indicó.
En este marco, dijo que no solo hay que salir al exterior, sino organizar eventos también aquí. “Tenemos que hacer, invitar a gente importante, tener buenas conexiones con la Unesco, con la OEA, la AECID, con todas las organizaciones de la cultura”, resaltó. Al respecto de los libros, subrayó que estos “son básicos para la cultura” y, por ende, “hay que lograr que todas las bibliotecas cuenten con nuevas obras”, porque “los libros son fundamentales” y se debe perfeccionar la ley del libro.
Otro tema que no se debe dejar pasar, dijo, es el seguro médico y jubilación para artistas. Citó el caso del destacado escritor Ramiro Domínguez, quien falleció en febrero pasado en el Instituto de Previsión Social. “A él no lo atendieron y es una eminencia. Él murió por falta de atención, no puede ser que eso ocurra”, señaló.
Por otro lado, le es imprescindible que se involucre más el Estado. “Acá la tendencia es que la cultura esté manejada por grupos independientes o privados, pero el Estado debe ayudar a que ellos realicen sus proyectos con financiación, espacios, becas, etc.” “Pienso que aunque el ministerio de Cultura que va a venir no sea tan ‘bueno’ siempre va a existir la cultura, porque hay grupos privados que se interesan, que publican, que exponen, etc. y que suplen lo que el estado no hace”, reflexionó.
Recordó que algunos grupos artísticos surgieron en plena dictadura. “Especialmente en las artes plásticas o la literatura se trabajó sin ningún apoyo del gobierno. Creo que a raíz de esa falta de organización estatal no hubo una doctrina como en otros lugares donde el Estado interviene directamente en la cultura”, agregó.
El escritor ve ahora que “el ambiente en general es muy apático, la gente no está muy entusiasmada y cree que será todo igual”. Afirmó que ayudará mucho que el próximo ministro sea alguien “interesado y culto”. “Hace años que en otros países “los ministros de Cultura son grandes escritores, artistas, gente importante del ámbito. Estamos atrasados en relación con América Latina”.