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Una iniciativa conjunta entre la Secretaría Nacional de Cultura, el Ministerio de Obras Públicas y la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Asunción es la que está abocada a la restauración del Palacio de López, el cual actualmente sufre las consecuencias de largos años de desidia y trabajos inadecuados.
“La teoría ahora es hacer una restauración original”, señaló Cataldi, al mostrar parte del edificio donde las puertas originales fueron convertidas en ventanas.
En los corredores y salones del palacio el trabajo es meticuloso a fin de resguardar cada detalle del edificio, de casi 150 años de antigüedad. Con bisturí se retiran las capas de pinturas para descubrir los colores originales. Esto, por ejemplo, permitió encontrar antiguos murales.
Inicialmente, la inversión prevista era de unos G. 9.000 millones de guaraníes. Sin embargo, según Cataldi, actualmente ya no se puede estimar cuánto va a costar finalmente la restauración.
“La postura que se asumió es debido al peligro en que está el edificio, hasta resolver el último detalle”, acotó.
Entre los puntos principales de la obra, indicó que se realizará un cambio completo de la parte eléctrica “desde el transformador de la ANDE hasta el último foco”, ante el riesgo de cortocircuitos.
La otra parte del trabajo, explicó, se refiere a la parte estructural. “Acá hay kupi’i en cualquier lugar, y eso ya dañó en forma masiva al edificio”, acotó.
La humedad también afecta a varios sectores de la sede del Poder Ejecutivo. Desde la torre se puede observar que anteriormente se utilizó una membrana asfáltica para reparar algunas filtraciones. El Ing. Hugo Falcón explicó que esto, por ejemplo, dañó más el edificio, pues se taparon los poros, con lo cual fue retenida la humedad dentro de la estructura.
Sin embargo, la base del edificio construido por el inglés Alonso Taylor es bastante sólida, al estilo de las fortificaciones, explicó el arquitecto. Está hecha de piedra caliza, proveniente de la cantera de Emboscada.
Con agua y una mezcla de ácido, se retiraron todas las capas de pintura de estas piedras, dejándolas con su color original.
Paralelamente, en el salón América, un equipo de carpinteros trabaja lijando y puliendo las puertas originales del palacio.
Se prevé que, para poder llegar a tiempo al 15 de agosto, en los próximos meses el número de trabajadores deberá aumentar a 150 o 180 personas.