Europa pierde a un gran actor

El actor suizo Bruno Ganz, fallecido ayer a los 77 años en su Zúrich natal, fue uno de los grandes intérpretes del cine europeo en el último medio siglo, haciendo roles inmortales como el de ángel Damiel en “Alas del deseo” o el Hitler de “La caída”.

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GINEBRA (EFE, por Antonio Broto). Considerado para muchos el mejor actor en lengua alemana de las décadas recientes, Ganz trabajó para todos los grandes del cine en ese idioma, desde Wim Wenders a Werner Herzog, pero también estuvo a las órdenes del francés Eric Rohmer, el danés Lars Von Trier o los estadounidenses Francis Ford Coppola y Ridley Scott.

Nacido el 22 de marzo de 1941 en Zúrich, hijo de un mecánico suizo y de madre italiana, Ganz supo que quería ser actor desde la adolescencia y tras finalizar el instituto se matriculó en la Escuela Superior de las Artes de su ciudad.

Su debut en el cine llegó en 1960, cuando con 19 años participó en la película suiza “The Man in the Black Derby”, donde ya empezó a llamar la atención por la intensidad de su actuación. Pese a ese prematuro inicio en el cine, durante década y media hizo, sobre todo, teatro, primero en el elenco del Teatro Goethe y más tarde en el grupo dramático Berliner Schaubühne.

A mediados de los setenta llegaron nuevamente papeles importantes en cine, el primero en “Summer Guests”, de Peter Stein, y tres años más tarde en “Nosferatu”, de Werner Herzog. Ya en esa década empezaría a trabajar también en filmes alejados de la órbita cultural germana, como la francesa “Lumiere”, y comenzaría a darse a conocer en Hollywood como actor de reparto en “Los niños del Brasil”, protagonizada por Gregory Peck y Laurence Olivier.

También en esos años se iniciaría su relación profesional con Wim Wenders, que le dio algunos de sus mejores roles, primero en “El amigo americano” (1977) junto a Dennis Hopper, y después en “Alas del deseo” (1987) y en “Tan lejos, tan cerca” (1993).

Ganz desplegó una intensa y diversa carrera que incluyó desde papeles en conocidos éxitos estadounidenses como “The Reader” o “The Manchurian Candidate” hasta destacados trabajos en Italia y Francia.

Para muchos, especialmente las generaciones más jóvenes, el papel más conocido de Ganz fue el de Adolf Hitler en “La caída”, controvertida película alemana de 2004 en la que se muestran las últimas semanas del “führer” antes de su suicido. Ganz encarnó un Hitler con unas cualidades humanas poco estudiadas en el cine hasta entonces, cabalgando entre la desesperación por la inminente derrota, la fragilidad o la furia por pensar que todo su entorno le había fallado y debía morir con él.

Incluso para los no cinéfilos, una de las escenas de esa película en la que grita iracundo al ver que la guerra está perdida, mientras sus subalternos le observan con pavor, se ha convertido quizá en la más parodiada de internet, con los famosos vídeos de “Hitler se entera” que desde hace años pueblan Youtube.

La Berlinale de luto

La Berlinale expresó su profunda pena por la muerte del actor Bruno Ganz, una presencia constante en ese festival, que en 2015 exhibió una versión restaurada de “Las alas del deseo”, la mítica película de Wim Wenders en la que interpretó al ángel narrador que reflexiona sobre los humanos. “Hoy tenemos un hermoso cielo azul. Tengo la sensación de que nada le cerrará el paso, en su camino”, dijo el director del festival, Dieter Kosslick.

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