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Simone Simons, la vocalista, se destacaba en todo momento con su atrapante voz, aunque por momentos se veía superada por el volumen de los instrumentos.
“The second stone”, “The essence of silence”, “Unleashead” y “Storm the sorrow” sonaron al inicio con mucha energía de la mano de los buenos músicos que conforman la banda.
Simons agradecía al público entre canciones cada tanto y los hacía gritar, diciéndoles que querrían volver pronto, para luego seguir desplegando su voz con “Fools of damnation”, “Natural corruption” y “Sensorium”. Este último tema fue elección del público, luego de que el guitarrista Isaac Delahaye preguntara qué querían oír.
Los fanáticos sacudían sus cabezas, al igual que los artistas, casi como una coreografía, mientras sonaban “The obssesive devotion” y “Victims of contingency”. Al final de “Cry for the moon”, el baterista Ariën van Weesenbeek desplegó un extendido solo que fue aclamado por la platea.
Épica despidió su show con “Design your universe”, “Sancta Terra”, “Unchain utopia” y “Consign to oblivion”, volviendo a conquistar a su público.
victoria.martinez@abc.com.py