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“Me siento honrado y muy conmovido”, manifestó ante la prensa el director argentino-israelí sobre la posibilidad de dirigir por segunda vez tras 2008 en este concierto la afamada orquesta vienesa, la única del mundo que no cuenta con un director propio.
“El hecho que no tengan director jefe propio es una señal de independencia”, dijo Barenboim en rueda de prensa, junto al director ejecutivo de la Filarmónica de Viena, Clemens Hellsberg.
El director argentino bromeó diciendo que estuvo dudando sobre si aceptar la invitación de dirigir por segunda vez este concierto, “ya que la segunda vez nunca es tan extraordinaria como la primera”. Sin embargo, tras “luchar” contra sus propias supersticiones, decidió aceptar. “No me gustan las supersticiones. Por eso, estoy aquí de nuevo”, reveló.
Hellsberg, por su parte, destacó la figura pacificadora de Barenboim, en referencia a la “Orquesta del Diván de Oriente y Occidente”, un grupo fundado por el propio maestro y que junta a músicos israelíes y árabes.
También resaltó que su orquesta quiso tematizar el inicio de la Primera Guerra Mundial, que se conmemorará con un vals de Josef Strauss, nunca tocado en este concierto. La pieza “Friedenspalmen” (Palmeras de Paz) fue compuesta por Josef Strauss bajo la impresión de la sangrienta batalla de Königgrätz, entre Prusia y el Imperio Austríaco en 1866. Aparte de los cuatro integrantes de la familia Strauss, la otra gran figura del concierto será Richard Strauss (no relacionado con los demás Strauss), cuyo 150 cumpleaños se conmemora en 2014. Por eso, la Filarmónica tocará por primera vez en este concierto una pieza de Richard Strauss (la obra “Mondscheinmusik”).