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El cuerpo de baile transmitió a través de la danza contemporánea, la esencia de uno de los más grandes poetas que tuvo el Paraguay. Todo el ambiente que acompañó a los bailarines fue además acertado, ya que desde el vestuario, las distintas escenografías, la variada música hasta la participación de la Banda Folclórica Nacional, hicieron que la conjunción de artes resultara en un producto conmovedor.
Sin dudas la carga emotiva dada por los bailarines fue fundamental para que se pudiera ver y sentir al poeta en cada pasaje de la obra, así como también la creación de movimientos de cada bailarín, y la coreografía hecha por Gloria Morel, Laura Cuevas y Hugo Rojas, con dirección de Wal Mayans.
La música juega un papel importante, porque se compone de la música popular paraguaya, interpretada por artistas desde Félix Pérez Cardozo hasta Rebolver. Gracias a ella se pudo sentir sacrificio, dolor y amor.
El Ballet Nacional se jugó una vez más con una interesante propuesta que es, a la vez, un desafío, ya que “revive” a una gran figura de nuestro país por medio de la danza, y nada más expresivo que el estilo contemporáneo. Ojalá repongan la obra.
victoria.martinez@abc.com.py