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La bailarina y docente Giselle Marie Lahaye Bonnin, quien está al frente de la institución, contó que dicha obra fue la que siempre le gustó del repertorio clásico. “Pensé que esta obra podíamos adaptar para la gente adulta”, contó, y detalló que buscaron dar gran importancia a todos los cisnes negros. De ese modo adaptaron el ballet para que puedan bailar adultos.
“Utilizamos la música de Tchaikovsky y hay cosas que nosotros agregamos siempre usando su música”, detalló. Además explicó que en el elenco también hay gente que ya bailaba y tiene conocimientos de técnica. “Entonces ellas interpretan a los cisnes blancos y a las principales como Odette y Odile”. Contó que el papel del príncipe estará a cargo de alguien que empezó a bailar hace tres años. La obra “es súper desafiante para todos”, señaló Lahaye.
Ella, por su parte, siente “orgullo y felicidad” de poder hacer “El lago de los cisnes” por ser “como una fábula que representa el bien y el mal, los valores, la moral, la ética, donde siempre el amor triunfa por sobre todas las cosas, entonces me parece una obra que tiene un mensaje súper lindo”.
Asimismo destacó el empeño que puso la gente, a pesar de que cada uno tenía sus responsabilidades. “La gente adulta tiene otras prioridades, trabajo, hijos, viajan mucho. Pero tratamos de ajustarnos a los tiempos que teníamos, durante las clases montamos todas las coreografías, armamos todos los bailes, y fue bastante trabajoso pero pudimos hacerlo con disciplina y mucha dedicación”, dijo.
Al respecto, detalló “la disciplina del ballet clásico es la misma” pero al trabajar con amateurs a veces hay que repetir secuencias. Pero resaltó que si alguien faltaba trataba de ponerse al día. Añadió que usaron la tecnología a su favor, grabando ensayos. Lahaye reiteró su felicidad por realizar la obra, “porque es el esfuerzo de muchísimas chicas que toda su vida soñaron con poder cumplir el bailar “El lago de los cisnes”. Entradas, G. 50.000.