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Mañana aparecerá, con el ejemplar de ABC Color, el libro número 5 de la Colección Líderes del Pensamiento Universal: "El hombre mediocre", de José Ingenieros, una de las obras más difundidas de la bibliografía latinoamericana, publicada en primera edición en el año 1913, en España.
José Ingenieros, argentino nacido en Palermo, Italia, fue uno de los representantes tardío más encumbrados del positivismo en América Latina. En su obra se ven reflejadas las ideas de Alberdi, Sarmiento y Mitre.
Asimismo, se evidencia el influjo de Augusto Comte (1798-1857) y Herbert Spencer (1820-1903).
De acuerdo con lo señalado por el asesor de la Colección Líderes del Pensamiento Universal, doctor José Manuel Silvero, es probable que el positivismo haya sido una de las doctrinas que de manera explícita e implícita contribuyeron a que una camada importante de pensadores latinoamericanos fijara posturas en torno al destino de los pueblos latinoamericanos y específicamente en relación al modelo de hombre que la educación debía configurar.
"En apretada síntesis señala Silvero podemos decir que el positivismo surge a inicios del siglo XIX en Francia con Augusto Comte y se caracterizó por trazar límites en torno a lo que puede ser conocido, pensado y dicho, con la finalidad de evitar los abusos de la razón producidos por la metafísica tradicional. Es decir, lo primordial pasaba por el rigor y la demostración científica de los hechos, lo cual implicaba liberar a las ciencias humanas del yugo de la teología y con ella desterrar el mito y la superstición".
Silvero apunta que Ingenieros estaba convencido de que el positivismo prepararía al nuevo hombre latinoamericano para superar con éxito su reciente pasado colonial. "Por ello, la ciencia es pensada desde su filosofía en función de su pragmatismo social y valorizada en función de su perfectibilidad. Este ideal de perfectibilidad es el soporte necesario de su explícito rechazo al pasado, lo cual es enteramente coherente con el postulado positivista que privilegia el sincronismo histórico", sostiene el doctor Silvero, quien es además docente de Filosofía en la UNA y otras universidades de nuestro país y logró su posgrado en España.
José Ingenieros demostró siempre un entusiasmo, considerado por muchos "exacerbado", por la juventud argentina y latinoamericana en general. Depositó en los jóvenes el protagonismo elitista y voluntarista de los cambios que demandaba la sociedad y que, para él, solo eran posibles a partir del pragmatismo científico. Para Ingenieros, el juvenilismo es el ideal que promueve el progreso, el cambio, la rebeldía. "Ser viejo es ser mediocre".
Escrita en 1913 y publicada en Madrid ese mismo año, "El hombre mediocre" es considerada más un "ensayo moral" que una obra de psicología.
José Ingenieros, argentino nacido en Palermo, Italia, fue uno de los representantes tardío más encumbrados del positivismo en América Latina. En su obra se ven reflejadas las ideas de Alberdi, Sarmiento y Mitre.
Asimismo, se evidencia el influjo de Augusto Comte (1798-1857) y Herbert Spencer (1820-1903).
De acuerdo con lo señalado por el asesor de la Colección Líderes del Pensamiento Universal, doctor José Manuel Silvero, es probable que el positivismo haya sido una de las doctrinas que de manera explícita e implícita contribuyeron a que una camada importante de pensadores latinoamericanos fijara posturas en torno al destino de los pueblos latinoamericanos y específicamente en relación al modelo de hombre que la educación debía configurar.
"En apretada síntesis señala Silvero podemos decir que el positivismo surge a inicios del siglo XIX en Francia con Augusto Comte y se caracterizó por trazar límites en torno a lo que puede ser conocido, pensado y dicho, con la finalidad de evitar los abusos de la razón producidos por la metafísica tradicional. Es decir, lo primordial pasaba por el rigor y la demostración científica de los hechos, lo cual implicaba liberar a las ciencias humanas del yugo de la teología y con ella desterrar el mito y la superstición".
Silvero apunta que Ingenieros estaba convencido de que el positivismo prepararía al nuevo hombre latinoamericano para superar con éxito su reciente pasado colonial. "Por ello, la ciencia es pensada desde su filosofía en función de su pragmatismo social y valorizada en función de su perfectibilidad. Este ideal de perfectibilidad es el soporte necesario de su explícito rechazo al pasado, lo cual es enteramente coherente con el postulado positivista que privilegia el sincronismo histórico", sostiene el doctor Silvero, quien es además docente de Filosofía en la UNA y otras universidades de nuestro país y logró su posgrado en España.
José Ingenieros demostró siempre un entusiasmo, considerado por muchos "exacerbado", por la juventud argentina y latinoamericana en general. Depositó en los jóvenes el protagonismo elitista y voluntarista de los cambios que demandaba la sociedad y que, para él, solo eran posibles a partir del pragmatismo científico. Para Ingenieros, el juvenilismo es el ideal que promueve el progreso, el cambio, la rebeldía. "Ser viejo es ser mediocre".
Escrita en 1913 y publicada en Madrid ese mismo año, "El hombre mediocre" es considerada más un "ensayo moral" que una obra de psicología.