Cargando...
MÉXICO (EFE).Gelman nació el 3 de mayo de 1930 en el barrio bonaerense de Villa Crespo y su primera obra publicada, “Violín y otras cuestiones” (1956), recibió muy pronto el elogio de la crítica. El siguiente libro fue “El juego en que andamos” (1959).
A estos dos poemarios siguieron otros como “Velorio del solo” (1961), “Los poemas de Sidney West” (1969), “Fábulas” (1971), “Comentarios” (1978), “Citas” (1979), “Carta abierta” (1980) , “Bajo la lluvia ajena” (1980), “Hacia el Sur” (1982), “Composiciones” (1983), “Eso” (1984), entre otros.
En los años sesenta formó parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y posteriormente de la organización guerrillera de los Montoneros.
Gelman, amenazado por la Triple A argentina, se vio obligado a exiliarse en 1975 y a cambiar su trabajo de periodista, su ciudad y sus amigos por nuevas ubicaciones: Italia, Francia y México.
Poco después de exiliarse, el 24 de agosto de 1976, su hijo Marcelo y su nuera, la española Claudia García, fueron secuestrados por militares argentinos cuando ella estaba embarazada de siete meses. Marcelo tenía 20 años y Claudia 19.
Su hijo Marcelo fue torturado y, 13 años después, sus restos hallados en un tambor de cemento y arena junto a los de siete compañeros.
Su nuera fue trasladada clandestinamente a Montevideo (Uruguay), donde desapareció en 1977 tras dar a luz una niña en el Hospital Militar. Según una investigación de la Comisión para la Paz, creada por el entonces presidente uruguayo Jorge Batlle (2000-2005), Claudia fue asesinada después del parto.
La nieta de Juan Gelman, Macarena, fue criada por la familia de un policía uruguayo que le ocultó su verdadera identidad, pero en 2000 el considerado “poeta del dolor” dio con ella y desde entonces ambos luchan por el esclarecimiento de la verdad.
Esta tragedia movió a Gelman a desarrollar desde el exilio una labor internacional de denuncia de las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura argentina.
En 2007 recibió el Premio Cervantes, el más importante de las letras españolas, por “el compromiso con la realidad” que emana de su obra y por haber sabido integrar en su pensamiento poético “su terrible historia personal”.