El Paraguay pudo ganar o acabar con la Guerra del 70

La llamada Guerra Guasu constituye un episodio fundamental de nuestra memoria histórica nacional. Por ello, la colección Guerras y violencia política en el Paraguay originó un nuevo libro sobre el tema. Su autor, el historiador compatriota César Cristaldo, pone de manifiesto las ocasiones que tuvo el ejército de López de liquidar al invasor.

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“La Guerra de la Triple Alianza”, de Cristaldo, aparecerá el domingo próximo con el ejemplar de nuestro diario, como sexto título de esta excepcional serie bibliográfica editada por ABC Color y El Lector. Como siempre, al precio de G. 22.000.

El autor habla de su obra y de aquella contienda en esta segunda parte de la entrevista mantenida con él.

–Curupayty fue sin duda la principal victoria paraguaya, ¿por qué motivo no se aprovechó el descalabro del ejército aliado para poner fin al conflicto?

–En Curupayty el ejército argentino fue el que se llevó la peor parte. Perdió aproximadamente 10.000 hombres, lo que constituía el 20 por ciento del ejército aliado acampado en Tuyutí y Tuyucué, que constaba de 50.000 hombres aproximadamente. Además, el ejército paraguayo ya había tomado una estrategia defensiva.

–¿Había ya temor a atacar?

–Lamentablemente el Mariscal López ya no se animó a llevar un ataque a gran escala al campamento aliado de Tuyutí, tal como fue el 24 de mayo de 1866, por el temor tal vez de perder todo su ejército. Recién dispuso del ataque del campamento de Tuyutí el 3 de noviembre de 1867, trece meses después.

–¿Se debió haber atacado?

–Un ataque a gran escala a los campamentos aliados después de Curupayty hubiera puesto fin a la guerra, debido a que el Paraguay ya no iba a poder recuperarse de las grandes pérdidas humanas que hubiera sufrido en un hipotético ataque.

–¿En algún momento del desarrollo del conflicto hubo alguna posibilidad de victoria paraguaya sobre los aliados?

–Probablemente en dos momentos. Primero, durante la batalla de Riachuelo el 11 de junio de 1865, donde se hubiera destruido la flota de guerra aliada. Y en segundo lugar en Tuyutí, el 24 de mayo de 1866, donde las tropas paraguayas atacaron el campamento aliado con más de 50.000 hombres.

En ambas batallas el factor sorpresa falló. Tanto en el Riachuelo como en Tuyutí las fuerzas paraguayas tendrían que haber atacado en horas de la madrugada, pero hechos accidentales hicieron que los paraguayos atacasen ya a plena luz del día, perdiendo la iniciativa y el factor sorpresa.

–¿Qué hubiera ocurrido si se triunfaba en Riachuelo?

–Si en la batalla naval de Riachuelo hubiera triunfado la marina paraguaya, el control del río iba a ser fundamental para el Paraguay, y si en Tuyutí, aquel 24 de mayo de 1866, hubiese resultado con éxito la batalla, el grueso del ejército aliado iba a ser destruido.

–Los brasileños hablan de la decembrada, que para nosotros debe ser el diciembre negro de 1868; algunos dicen que López huyó de Lomas Valentinas, ¿es cierto?

–La decembrada de los brasileños constituye la muestra de la impericia militar de sus jefes, debido a los descalabros que sufrieron en Ytororó, Avay y el 21 de diciembre de 1868, en el primer día de la batalla de Ita Yvate.

Si no fuera por la ayuda argentina, todo el ejército imperial hubiera sido sepultado en trincheras del Pikysyry.

–¿Qué hicieron los argentinos?

La actuación del ejército argentino fue decisiva para romper las líneas paraguayas y el último día de la batalla de Ita Yvate, el Mariscal López y parte de su escolta pudieron salir por una brecha en el Potrero Mármol.

El comandante de las fuerzas aliadas, Marqués de Caxias, tuvo la posibilidad de disponer un envolvimiento de las fuerzas paraguayas, pero no lo hizo y con ello perdió la oportunidad de dar fin a la guerra.

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