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Se trata del padre Pedro Viedma, fallecido el miércoles 22 pasado. Postel destaca su labor como formador de los jóvenes e insta a la comunidad salesiana a que continúe su labor.
“Como no soy un escritor y mi medio de expresión es la música, me remitiré simplemente a relatar un breve perfil de quien era pa’i Viedma para mi. Tengo la certeza que muchos de sus alumnos y personas que tuvieron la dicha de tenerlo cerca podrán concordar con mis pensamientos sobre él”.
“Con estas líneas no quiero llorar ahora su partida ,y sí celebrar la vida de un ser humano que cambió la vida de muchos de nosotros”.
“Cuando en 1979 entré como aprendiz de músico en la Banda Salesiana Pa’i Pérez, siendo alumno regular del colegio Salesianito y con 13 años y medio. Nunca imaginé que mi destino y realidad actual sería el producto de una serie de factores determinantes. Como lo fue el apoyo constante de mis padres a mis inquietantes solicitudes a la hora de buscar “algo” que fuese productivo en mis horas libres. Y es justamente en esa búsqueda que tuve la bendición de caer en manos de pa’i Viedma”.
“Tengo que confesar que en otros colegios (en Chile y Argentina) nunca me destaqué con buenas calificaciones en música. Encontraba muy aburrida y tediosa esa materia. Con el pa’i Viedma la música se transformó ante mis ojos y oídos en algo que deseaba con todas mis fuerzas, hasta el punto de que hoy en día es mi profesión, lo que me ha permitido tocar en grandes escenarios del mundo”.
“El pa’i Viedma tenía el talento de ‘soplar las brasas’, mantener encendida esa llama de amor, pasión, disciplina y empeño con el compromiso de dedicación y seriedad hacia la banda Pa’i Pérez y el Coro Arapy”.
“Quiero hacer un breve paréntesis para destacar a otra persona que fue como el brazo derecho de pa’i y que ayudó a formar generaciones de alumnos. Me refiero a otro maestro en vida, el profesor Virginio Villagra. Gracias a personas como ellos, muchos de nosotros pudimos poner en práctica lo que significa ser responsable, tener pasión por lo que hacemos”.
“Quiero recordar también el día en que estábamos en clase y el pa’i Viedma nos hizo escuchar el disco LP de la Sinfonía 7 de Beethoven con la Filarmónica de Berlin y Herbert von Karajan. Inmediatamente después de colocar el disco se escuchaba imponente el acorde de La Mayor seguido de un instrumento de viento que cambiaría el curso de mi vida en ese preciso instante”.
“Era un oboe, interpretado por el famoso oboísta Lothar Koch, solista de la Filarmónica de Berlin. Quedé mudo, admirando lo que estaba escuchando. Acabada la clase me acerqué al pa’i y le pregunté si me podía prestar el disco para poder copiarlo a lo que accedió gustoso. Días después le devolví el disco y le pregunté si tenía un oboe en la banda; me dijo que sí. Me dio un viejo oboe marca Orsi (Milano) casi sin llaves”.
“Pa’i Viedma insistía mucho en lograr objetivos, nos hacía entender que una dificultad no era un impedimento. Era una persona ética y moralmente intachable. Sus palabras y consejos eran ley para nosotros”.
“Para finalizar este breve testimonio de vida, quiero hacer un pedido, muy concreto: Que las Autoridades Salesianas no dejen caer la gran obra realizada por pa’i Viedma. Con mucha pena he podido constatar una desidia a la hora de dar todo el apoyo en perpetuar la obra de pa’i Viedma. Me refiero al Ateneo Salesiano, Banda Pa’i Pérez y Coro Arapy”.
“Con alegría también he podido constatar que todos sus alumnos han manifestado con actividades de iniciativa propia el deseo de perpetuar la existencia de la banda y el coro. Ellos son parte de la gran obra de pa’i Viedma. ¡Todos nosotros!”