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Fue en la esquina de Palma casi Chile.
En esta ocasión, encabezados por uno de los principales exponentes del jazz, el guitarrista Gustavo Viera, quien junto a Sebastián Ramírez (batería), Nicolás Cañete (contrabajo) y Aharon Emery (guitarra), deleitaron con otra edición musical frente a amigos y curiosos que se iban acercando de a poco, hasta formar una multitud, que incluso llegaba hasta la vereda de enfrente, atraídos por la novedad.
Sobre el proyecto, el organizador, Nicolás Cañete, comentó que la idea de salir a la calle a tocar surgió hace ya varios años, en vista de la escasa difusión, aceptación y los pocos espacios que, según él, tiene el jazz en nuestro país. “Yo tuve la idea, primeramente porque quería tocar; segundo, estamos llenos de bares de otra onda, de grupos que hacen covers, y el jazz es muy difícil de difundir; prácticamente no hay apoyo”, indicó.
Al respecto, comentó que entre ellos buscan propagar el jazz con otros proyectos, como por ejemplo los bateristas Sebastián Ramírez y Víctor Morel, quienes organizaron festivales de jazz en Ciudad del Este y Asunción, respectivamente, por iniciativa propia este año.
“El maestro Gustavo Viera también presenta su disco a puro pulmón. Prácticamente los mejores músicos de jazz están tocando aquí y se van alternando, entre ellos, Ramírez, Morel, Bruno Muñoz, José Villamayor, Marcelo Ortigoza, Juanca Otaño, Giovanni Primerano. Luego se sumaron los cantantes Nico Vera y Gea Cáceres. Acá, todos los músicos son compositores, y estamos tocando temas originales”, contó Cañete. Resaltó, además, que lo bueno del jazz es que les permite expresarse honestamente.
Acerca del show que presentan, dijo que ofrecen canciones ensayadas, pero también improvisan. Así se originan las llamadas sesiones de “jam” o “zapadas”. Además, tocan funk, latin, reggae y más estilos, sobre la base del jazz. “Yo creo que esta es la forma más directa de pasar música a la gente, saliendo a la calle, para que vayan conociendo el jazz con sus variaciones”, agregó.
La reacción del público es positiva, desde personas atraídas por los sonidos hasta músicos de otros estilos que incentivan la propuesta. Algunos dan su aporte voluntario “a la gorra”.
Por amor a la música y con la meta de difundir el jazz y las creaciones nacionales, todos los domingos, entre las 17:00 y las 18:00, los músicos van llegando con sus instrumentos para iniciar otra sesión de jazz. Para poder escucharlos, nada más hay que pasar una tarde de domingo en la mencionada esquina o unirse al grupo de Facebook llamado “Jazz a la calle y a la gorra”, para enterarse. “Quiero que aprendamos a consumir lo nuestro acá”, finalizó Cañete.