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Esta obra aparecerá con el ejemplar de nuestro diario en la culminación de una etapa más de promoción de la lectura y la cultura, emprendida por ambas empresas en el año 2005. Desde entonces las colecciones de libros editadas de manera conjunta entre ABC Color y El Lector han distribuido más de tres millones de ejemplares, lo que significa un singular aporte a tantas familias paraguayas que hoy cuentan con una biblioteca básica, pero sumamente importante.
En cuanto a la obra a publicarse mañana, habrá que decir que Francis Scott Fitzgerald es uno de los miembros de la Generación Perdida, tal como bautizó Gertrude Stein a ese grupo de excepcionales escritores norteamericanos que “vivieron, escribieron y bebieron” en París en los locos años 20 del siglo pasado.
Junto a John Dos Passos, William Faulkner, Ernest Hemingway, John Steinbeck y algunos más, Fitzgerald supo describir hasta con fina crueldad aquella época fantástica y fantasiosa que se dio entre el fin de la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión del año 29.
“El gran Gatsby” es una novela sobre aquel tiempo y con personajes representativos de entonces. Personajes que retozaban, sobre todo en el Este de EE.UU., en un mundo de búsqueda insaciable del progreso económico a como diera lugar para pasar a formar parte de la aspiracional clase alta.
Jay Gatsby, el inmortal personaje creado por Fitzgerald para protagonizar esta novela, es un claro ejemplar del típico tipo de esa corta pero intensa era. Aparecido desde la nada como un magnate que daba fiestas fabulosas en su mansión del West Egg, rodeado del misterio propio de los ricos excéntricos, de repente es revelado en su faz humana por el eje narrador de la novela, el joven Nick Carraway, un omnisciente que relata en primera persona el proceso que lleva a descubrir los secretos íntimos de ese ser y de los personajes que lo rodean.
Una enorme carga de cinismo, hipocresía y egoísmo extremo se desploma sobre Gatsby, quien al final no resultó más que un romántico enamorado que trataba de recuperar al amor de su vida y para ello no tuvo escrúpulos a la hora de hacer fortuna.
El mundo refulgente que creó Gatsby para lograr su objetivo terminó sacudido por la tragedia.