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Gaspar Rodríguez de Francia, de Ana Ribeiro, y Carlos Antonio López, de Luis Verón, aparecen hoy con el ejemplar de ABC Color, al precio de un solo libro, para abrir la Colección Protagonistas de la Historia (23 biografías), lanzada por la Editorial El Lector.Respecto a la personalidad cuya biografía escribió para esta seria, Verón señaló que Carlos Antonio López fue "un verdadero forjador del Paraguay". He aquí la entrevista con el historiador nacional.
¿Quién fue Carlos A. López?
Carlos Antonio López fue, sin dudas, uno de los gobernantes paraguayos más laboriosos y visionarios que tuvo el país. Su tarea fue gigantesca, teniendo en cuenta las condiciones y la época en que desarrolló su actuación.
¿Usted subtituló el libro como "El Vulcano guaraní"? ¿Por qué?
Vulcano era el dios romano del fuego y los metales, forjador del hierro y creador de arte, armas y armaduras para dioses y héroes. Su equivalente en la mitología griega era Hefesto. El subtítulo de Vulcano Guaraní consideré lo más apropiado para definir la gran tarea que este ciudadano paraguayo desplegó para poner al Paraguay a la altura de los países más desarrollados de su tiempo, sacando recursos netamente paraguayos, fruto de las entrañas de la tierra guaraní. El presidente López fue un verdadero forjador del Paraguay moderno. Su tarea fue inmensa, dadas las circunstancias y el momento histórico en que la desarrolló.
¿Pero también menciona que recurrió a Mercurio y a Minerva?
Sí, creo que la simbología de personajes mitológicos define claramente la tarea desarrollada por don Carlos. Menciono que recurrió a Mercurio, la personificación del viento; era una divinidad astuta siempre presta a satisfacer todas las necesidades humanas; era también, en los poemas homéricos, el pregonero de los dioses. En el libro se alude a él cuando se habla del presidente periodista, del fundador del primer periódico que sirvió para contar a propios y extraños las vicisitudes que vivía la sociedad paraguaya por el aislamiento ocasionado por la clausura de las vías de comunicación y la necesidad de tomar medidas que solucionaran el problema.
¿Y lo de Minerva?
La mención a Minerva porque era, por un lado, la diosa de la guerra, pero así también de la paz, de la racionalidad, de las estratagemas habilidosas. Era protectora de las ciudades y de los estados y, como tal, favorecía la agricultura, las ciencias, las artes y el comercio. Fue la inventora del arado, el carro y la flauta. Y el gobierno de don Carlos, como protegido por Minerva, impulsó la agricultura, el comercio, las ciencias, las artes, el comercio. Cuando, años después, la sociedad paraguaya tuvo que soportar cinco años de guerra, sobrevivió gracias a la agricultura que proporcionó los alimentos al pueblo, el fruto del comercio, las ciencias que posibilitaron el desarrollo tecnológico, etc.
¿Siguiendo con la temática griega, podemos acordar que Carlos A. López fue el principal héroe civil del Paraguay?
Según la mitología griega, el héroe es el personaje que encarna la quintaesencia de los rasgos y valores excelsos de la cultura de una nación. Es el que posee habilidades sobrehumanas idealizadas que le llevan a realizar hazañas extraordinarias actos heroicos en beneficio de sus semejantes. Considero que uno de los héroes en ese sentido fue don Carlos Antonio López.
¿A su criterio, cuál fue el principal cambio en la vida del Paraguay con el gobierno de Carlos A. López?
Fue la de levantar la autoestima de sus compatriotas. Luego de décadas sometidos a la caprichosa voluntad de un gobernante que tiranizó, que oprimió, que degradó a sus compatriotas a niveles miserables, convirtiéndolos en autómatas sin iniciativas y con la creatividad aletargada, fue el que tomó la palanca y dio el ejemplo, realizando el acto heroico de levantar la autoestima de sus compatriotas, convenciéndolos de que sí se podía hacer las cosas, que solo hacía falta tomar la iniciativa y arremeter contra la dejadez y la inoperancia. El papel desempeñado por don Carlos fue vital para el espíritu nacional, especialmente en los trágicos días que vinieron después. Si el pueblo no estuviera preparado, fortalecido espiritualmente, hubiera sido exterminado en la guerra. Ese sentido de la vida, ese fortalecimiento espiritual fue el que llevó a la ciudadanía a recuperarse rápidamente después de la hecatombe que vivió el país.
¿Qué encontrará el lector en su libro?
Encontrará un ser humano, un trabajador, un héroe. Espero que haya podido reflejar en las páginas del libro al "obrero máximo", como lo calificó Juan Francisco Pérez Acosta. Me propuse presentar a sus compatriotas un ser paradigmático, una persona a quien mirar como un ejemplo a seguir, alguien que supo aprovechar las condiciones y las energías del país en beneficio de sus compatriotas.
¿Carlos A. López fue el mejor gobernante o, por lo menos, uno de los mejores?
Indudablemente. Lógicamente, como todo personaje histórico, tuvo sus luces y sus sombras. Hay puntos criticables en su actuación. Tampoco dio a su pueblo plena libertad, pero puso en sus manos los utensilios que, con el transcurso de los años, podían ayudar al ejercicio de las libertades públicas: educación, tecnología, generación de riquezas. Si su gobierno hubiera sido continuado por otro similar, tal vez se hubiera cumplido esa meta.
¿Quién fue Carlos A. López?
Carlos Antonio López fue, sin dudas, uno de los gobernantes paraguayos más laboriosos y visionarios que tuvo el país. Su tarea fue gigantesca, teniendo en cuenta las condiciones y la época en que desarrolló su actuación.
¿Usted subtituló el libro como "El Vulcano guaraní"? ¿Por qué?
Vulcano era el dios romano del fuego y los metales, forjador del hierro y creador de arte, armas y armaduras para dioses y héroes. Su equivalente en la mitología griega era Hefesto. El subtítulo de Vulcano Guaraní consideré lo más apropiado para definir la gran tarea que este ciudadano paraguayo desplegó para poner al Paraguay a la altura de los países más desarrollados de su tiempo, sacando recursos netamente paraguayos, fruto de las entrañas de la tierra guaraní. El presidente López fue un verdadero forjador del Paraguay moderno. Su tarea fue inmensa, dadas las circunstancias y el momento histórico en que la desarrolló.
¿Pero también menciona que recurrió a Mercurio y a Minerva?
Sí, creo que la simbología de personajes mitológicos define claramente la tarea desarrollada por don Carlos. Menciono que recurrió a Mercurio, la personificación del viento; era una divinidad astuta siempre presta a satisfacer todas las necesidades humanas; era también, en los poemas homéricos, el pregonero de los dioses. En el libro se alude a él cuando se habla del presidente periodista, del fundador del primer periódico que sirvió para contar a propios y extraños las vicisitudes que vivía la sociedad paraguaya por el aislamiento ocasionado por la clausura de las vías de comunicación y la necesidad de tomar medidas que solucionaran el problema.
¿Y lo de Minerva?
La mención a Minerva porque era, por un lado, la diosa de la guerra, pero así también de la paz, de la racionalidad, de las estratagemas habilidosas. Era protectora de las ciudades y de los estados y, como tal, favorecía la agricultura, las ciencias, las artes y el comercio. Fue la inventora del arado, el carro y la flauta. Y el gobierno de don Carlos, como protegido por Minerva, impulsó la agricultura, el comercio, las ciencias, las artes, el comercio. Cuando, años después, la sociedad paraguaya tuvo que soportar cinco años de guerra, sobrevivió gracias a la agricultura que proporcionó los alimentos al pueblo, el fruto del comercio, las ciencias que posibilitaron el desarrollo tecnológico, etc.
¿Siguiendo con la temática griega, podemos acordar que Carlos A. López fue el principal héroe civil del Paraguay?
Según la mitología griega, el héroe es el personaje que encarna la quintaesencia de los rasgos y valores excelsos de la cultura de una nación. Es el que posee habilidades sobrehumanas idealizadas que le llevan a realizar hazañas extraordinarias actos heroicos en beneficio de sus semejantes. Considero que uno de los héroes en ese sentido fue don Carlos Antonio López.
¿A su criterio, cuál fue el principal cambio en la vida del Paraguay con el gobierno de Carlos A. López?
Fue la de levantar la autoestima de sus compatriotas. Luego de décadas sometidos a la caprichosa voluntad de un gobernante que tiranizó, que oprimió, que degradó a sus compatriotas a niveles miserables, convirtiéndolos en autómatas sin iniciativas y con la creatividad aletargada, fue el que tomó la palanca y dio el ejemplo, realizando el acto heroico de levantar la autoestima de sus compatriotas, convenciéndolos de que sí se podía hacer las cosas, que solo hacía falta tomar la iniciativa y arremeter contra la dejadez y la inoperancia. El papel desempeñado por don Carlos fue vital para el espíritu nacional, especialmente en los trágicos días que vinieron después. Si el pueblo no estuviera preparado, fortalecido espiritualmente, hubiera sido exterminado en la guerra. Ese sentido de la vida, ese fortalecimiento espiritual fue el que llevó a la ciudadanía a recuperarse rápidamente después de la hecatombe que vivió el país.
¿Qué encontrará el lector en su libro?
Encontrará un ser humano, un trabajador, un héroe. Espero que haya podido reflejar en las páginas del libro al "obrero máximo", como lo calificó Juan Francisco Pérez Acosta. Me propuse presentar a sus compatriotas un ser paradigmático, una persona a quien mirar como un ejemplo a seguir, alguien que supo aprovechar las condiciones y las energías del país en beneficio de sus compatriotas.
¿Carlos A. López fue el mejor gobernante o, por lo menos, uno de los mejores?
Indudablemente. Lógicamente, como todo personaje histórico, tuvo sus luces y sus sombras. Hay puntos criticables en su actuación. Tampoco dio a su pueblo plena libertad, pero puso en sus manos los utensilios que, con el transcurso de los años, podían ayudar al ejercicio de las libertades públicas: educación, tecnología, generación de riquezas. Si su gobierno hubiera sido continuado por otro similar, tal vez se hubiera cumplido esa meta.