El doctor Francia y su lucha contra el tradicional imperialismo del Brasil

"El Paraguay durante los gobiernos de Francia y los López", de Nidia Areces y Beatriz González de Bosio, es el libro que presenta hoy La Gran Historia del Paraguay, colección editada por El Lector y distribuida con los ejemplares de ABC Color.

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Es un proyecto que beneficia a todo el país. Es una obra excepcional que muestra en uno de sus capítulos cómo luchó el doctor José Gaspar Rodríguez de Francia contra el imperialismo expansionista del Brasil. Un ejemplo para los políticos de hoy.   

El libro que presentamos hoy tiene una parte referida al gobierno de Francia, escrita por Nidia Areces, y una segunda parte, sobre el régimen de Carlos Antonio López y Francisco Solano López, narrada por Beatriz González de Bosio.   

Como una demostración de la ingente tarea que tuvo el dictador para contener a los vecinos brasileños, herederos del imperialismo lusitano, transcribimos a continuación parte de un capítulo de referencia.   

Desde los tiempos coloniales el Paraguay es campo propicio de las incursiones luso-brasileñas. Esta política expansiva es seguida con constancia y capacidad por los estadistas del Brasil independiente. Para algunos tratadistas brasileños como Ricardo Casiano, Paraguay es una prolongación del Mato Grosso y en consecuencia considera a las bandeiras como una reconquista. Frente a esta posición, hay que tener presente la jurisdicción de la Gobernación del Paraguay y la dimensión de las misiones jesuitas incluidas en el dominio del Imperio español. En sus incursiones los bandeirantes fundan en la margen occidental del río Paraguay, entre otras poblaciones, Alburquerque y Nueva Coimbra, y en la Banda Oriental establecen el Fuerte de Miranda. Para poner un freno a estas invasiones se funda el Fuerte Borbón, más tarde Fuerte Olimpo, en las proximidades del cerro Tres Hermanos, y el Fuerte Apa. El Fuerte Olimpo es, a partir de 1825, la avanzada contra la penetración portuguesa en la frontera norte, ubicado en plena área habitada por tribus mbayá y guaná, obteniendo a través de ellos informaciones para conocer sus intenciones y desplazamientos. Frecuentes son las deserciones de los portugueses hacia Fuerte Borbón, desde donde son enviados a Asunción donde el Dictador dispone su libertad y la devolución de las armas a los presidios del Mato Grosso.   

En los primeros tiempos del gobierno del Doctor Francia, el comercio con los portugueses, que se viene realizando por Borbón y Concepción, no sufre interrupción. La Dictadura no desconoce las ventajas de establecer un tráfico fluido, pero sobre estas ventajas prima la defensa de la soberanía paraguaya. Hacia 1818, los portugueses acrecientan sus fuerzas en Coimbra y el Dictador ordena cortar toda relación, la que ha sido afectada por el auxilio y protección que los portugueses brindan a los indios en sus continuas incursiones.   

En 1819, manteniendo los portugueses su actitud, prohíbe todo tráfico por el Mato Grosso. A partir de este momento la frontera norte se conserva cerrada hasta la muerte del Doctor Francia, a pesar de los varios intentos de los portugueses para que se reabriera el comercio. En distintos oficios a sus Comandantes, formula en términos claros y precisos las reclamaciones paraguayas, en particular, el cese del auxilio por parte de los portugueses a las invasiones de los indios en territorio paraguayo con su secuela de robos y muertes. El gobierno de  Francia sostiene que tanto Coimbra y Alburquerque, como los demás establecimientos,   pertenecen a la República paraguaya.
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