El desafío de volar, disfrutar y encantar

La confianza es lo más importante cuando a casi diez metros sobre el suelo, impulsado, hay que soltarse de un compañero, girar en medio y llegar a la otra punta. La atleta Nansy Damianova cuenta los detalles del acto que deja a la gente sin aliento en “Ovo”, del Cirque du Soleil.

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Los escarabajos de “Ovo”, espectáculo con el que el Cirque du Soleil volverá a arribar a nuestro país desde el 31 de mayo, son los insectos “protectores del show”, “por su tamaño, su carácter, y porque vuelan por sobre todo el escenario”. Eso contó la atleta y gimnasta canadiense Nansy Damianova, en comunicación telefónica con ABC Color.

En esta colonia de bichos, los escarabajos son personificados por un equipo de once atletas en el acto denominado “Russian Cradle”, que hace alusión al balanceo. En este caso seis mujeres se balancean mientras cuatro a cinco hombres las lanzan de sus manos o pies, una por una, a través del aire, al siguiente trapecio. Durante el tiempo “volando” es donde las atletas despliegan sus acrobacias.

Damianova, que tiene antecedentes como gimnasta e incluso representó a Canadá en los Juegos Olímpicos de verano de 2008, está hace casi cuatro años con el Cirque du Soleil. Su primera experiencia, antes de “Ovo”, fue el show “Corteo”.

Su especialidad como gimnasta eran las barras asimétricas, algo que según señaló Damianova, tiene mucha similitud con el acto del cual forma parte. Pero la gran diferencia, notó, es que en la gimnasia ella actuaba sola, y ahora sí trabaja con un equipo. “No puedes seguir con tu propia técnica sino que tienes que aprender a adaptarte al grupo y funcionar como un ensamble. Sobre todo confiar en tu compañero”, subrayó.

Uno de los mayores retos, señaló Nansy, es justamente “balancearte al mismo ritmo que tu compañero, conectar, y eso toma su tiempo, lleva meses de entrenamiento antes de poder actuar en el show”, explicó. Asimismo la preparación incluyó ver videos de insectos, para aprender movimientos específicos, y talleres con artistas que ya tuvieron a su cargo estos personajes. “Igual nos dejan actuar con personalidades diferentes, porque no quieren que nos veamos todos iguales. Hay insectos malos, otros tontos, y eso es muy divertido”, apuntó.

“Más allá de mis antecedentes como gimnasta es muy diferente lo que se siente presentarte en una competencia que en un show del circo”, apuntó Nansy, quien añadió que cuando entrenan para el acto tienen un cinturón que los sostiene, pero a la hora del show deben saltar sin dicho accesorio. No obstante abajo hay una red de protección. “Al comienzo era aterrador al estar volando porque estamos muy alto, pero nos acostumbramos. Vas ganando más habilidad cada día y el acto es realmente muy desafiante”, acotó la canadiense.

Ser parte de la compañía es muy diferente a la vida de gimnasta, mencionó también, porque al entrar al Cirque du Soleil ya se encuentra a otro nivel. “En la escuela de gimnasia practicaba muchas horas, y ahora entrenamos todos los días pero solo una hora. Como que ya te consideran profesional esperan de ti que ya estés listo y te mantengas en forma por ti mismo, es decir que seas responsable”, detalló Damianova, cuyo amor por los deportes viene de sus padres, pues su madre era nadadora y remera, y su padre hacía taekwondo.

Damianova, para quien es un “honor” ser parte del Cirque du Soleil, invitó a ver un espectáculo que se diferencia de otros shows de la compañía por ser “muy colorido, luminoso y feliz”. Resaltó que puede ser disfrutado por toda la familia. Las entradas siguen en venta en Red UTS.

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