El Conservatorio Nacional de Música

El Conservatorio Nacional de Música de la República del Paraguay fue creado por Ley Nº 858 (Senadores: 21-XI-1995; Diputados: 2-V-1996; Ejecutivo, Juan Carlos Wasmosy: 30-V-1996).

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La institución cuenta en el presente con más de 1.000 estudiantes matriculados y 130 profesores. El Conamu o CNM ofrece un programa de estudios que se desarrolla a lo largo de 7 y 10 años de conformidad a la carrera elegida, como ser música clásica y popular, canto, arreglos y composición, entre otras vertientes.   

En el año 2005 se amplía la entidad con la creación de la primera filial en la ciudad de Itauguá, distante a 32 km. de la ciudad de Asunción. A la misma concurren alumnos de distintos puntos del país, como Itá, San Lorenzo, San Bernardino, Pirayú, Paraguarí y otras localidades cercanas.   

En la actualidad se realiza una nutrida programación musical que abarca conciertos, clases magistrales, talleres, cursos de capacitación, etc., y recibe en forma constante a profesionales extranjeros de prestigio internacional como directores de orquesta y solistas de EE.UU., Brasil, Argentina y países de Europa.   
   
Cuenta con varias agrupaciones orquestales académicas como la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Nacional (OSCN), la Banda Sinfónica (BSCN), la Big Band, la Orquesta Sinfónica Inicial (OSANI), el Coro de Niños, el Coro Polifónico y la Orquesta Filarmónica Académica del Conservatorio Nacional, filial de Itauguá (OFACI).   
   
Funciones del Conservatorio en la Instrucción   

Entre la diversidad de cometidos podemos citar: 1- Formar profesionales altamente capacitados para desempeñar acciones y actividades musicales, ya sea como instrumentistas solistas o como integrantes de orquesta y coro. Del mismo modo, posibilitar el ejercicio de labores como docentes instrumentales y vocales especializados para expandir el conocimiento y la ilustración academicista de los músicos; 2- Brindar ciclos de conciertos didácticos y de extensiones culturales programadas durante el año lectivo, ofreciendo de esta forma un espacio abierto a la manifestación artística, posibilitando a su vez, la asimilación de cualquier "dimensión escénica" que ineludiblemente contribuirá a la experiencia y malla curricular del estudiante; 3- Ofrecer a la comunidad en general el talento nacional como fruto de un laboratorio, transformándose posteriormente en un medio eficaz para trascender las fronteras del país, proyectándose al mundo el arte musical de los paraguayos; 4- Y lo más importante, generar la apertura y amplitud mental en el estudiantado para su expresión libre y soberana. La evolución que brindan las ciencias musicales en el criterio y el pensamiento del individuo llevará a convertirlo en un "ser nacional" dotado y con excelencia en todas sus manifestaciones personales y ciudadanas.   

Le serrucharon el piso al maestro   

¿Quééé...? fue nuestra exclamación al enterarnos de la noticia. ¡Esto es el colmo! aseveramos sin ambages. ¡Con 57 años de magisterio! ¡No puede ser, tan pronto le cambiaron al profesor José Luis Miranda!, seguimos rumiando. Verdaderamente, esto es ¡una calamidad mayúscula! No tuvo tiempo para nada. De nuevo el conservatorio ¡sin rumbo!   

Respecto a su perfil podemos afirmar que el director saliente es una autoridad reconocida en la docencia, con un camino recorrido como ninguno; es un maestro a carta cabal, un entregado a la enseñanza con didáctica y pedagogía desarrollada. Hizo de la instrucción un apostolado, es el indicado para dirigir y formar músicos en un Conservatorio Nacional. Encima con facultad ejecutiva y gerenciamiento, aptitud cuestionada e invocada por el ministro de Educación Víctor Ríos Ojeda para justificar y ejecutar este adefesio montado.   
   
Hombre leal, recto, austero, decente y sacrificado, visionario, criterioso, exhaustivo y preparado, el profesor Miranda es una persona honesta de capacidad aglutinante, un líder positivo, y sobre todo, revolucionario en sus ideas musicales, precisamente lo que el país necesita con urgencia para recuperar el extenso terreno perdido en letanías, hibridez y superficialidades.   

Ya no resulta raro en el Paraguay que a los probos se los persiga desde el anonimato, que no se les tolere su ascenso por estricto mérito y en consecuencia se los postergue en el ostracismo bajo el manto de una proscripción eterna. Es el método de los mediocres, porque en torno a estos actos malsanos de manipulación y marginamiento, están los "hombres escombros" o los renacuajos de siempre.   
  
Una cosecha proficua y venturosa   

En el dossier del maestro se puede colegir que José Luis formó a varias decenas de músicos competentes que hoy son una realidad en el Paraguay y en el exterior para el ejercicio profesional o simplemente como ciudadanos comunes instruidos y con autodeterminación. Nos atrevemos a citar algunos nombres: Emiliano Aiub Riveros, Luis Szarán, Jorge Nicolás Postel Pavisic, Javier Aquino, Berta Rojas, Daniel Luzko, César Manuel "Lito" Barrios Martínez, Rubén Pascottini, Alicia Visconte y David Suk Woo Lee, entre otros.   
   
¿Acaso estos nombres no son suficientes ejemplos para justificar créditos y derechos? Entonces, debemos colegir que estamos ante el retorno de la prehistoria musical, vulgar y advenediza, el reintegro de la "formación compinche" (el así nomás chera’a) y del estudio por correspondencia en alguna cantina.   

Al final de toda esta patraña montada en el oprobio, enredo y ebriedad gubernamental en boga, la destitución del maestro Miranda representa una verdadera condecoración al profesor. ¡Un maestro de maestros!   

Con suficiente autoridad para enseñar   

El profesor José Luis Miranda estuvo al frente del Conservatorio apenas 6 meses y bajo su mando el organismo avizoraba un futuro alentador. Hay mucha carroña acumulada desde su creación (15 años) en determinadas labores y los distintos presupuestos manejados en todo este tiempo. Al parecer, adquirieron alas y el revoloteo fue incesante. Algunos no quieren que se ventilen esas triquiñuelas, entonces perturban desde las sombras. Siempre se han ocultado los embrollos que se acumularon en estos tres lustros y la brillante oportunidad para que el camino intrincado se despeje y la oscuridad eterna vea la luz pública con claridad meridiana, fue obturada con la remoción del maestro Miranda. Este insigne catedrático está en condiciones de ¡destapar la olla sin miramientos! El presidente de la república Fernando Lugo, que firma cualquier cosa, se transformó en cómplice y encubridor de las trapisondas administrativas que vienen ocultándose en el Conamu.   
   
Está visto que los carcamanes están al asecho, merodean siempre. El Gobierno apostó de nuevo a la inestabilidad e incompetencia, abriendo las puertas a los politiqueros indignos para que incursionen sin tapujos. La sociedad paraguaya ya no puede tolerar a los fútiles, vulgares y serviles que solamente forman fila en torno a una "lista de espera", cometiendo soberanas intrigas para remover gente, ocupar cargos y, finalmente, para desde el trono servirse de los genuinos recursos que con tanto esfuerzo brinda la comunidad a la música.   
   
Entonces es hora de estudiar y crear. La música paraguaya se halla camino a la degradación y extinción, solo la capacitación podrá devolver a la patria el brillo original de su cultura que en otros tiempos emergió con ímpetu. Este es el momento de recuperar la "paraguayología" que la nueva generación desconoce y no siente; por ende, la menoscaba impugnándola. (Mañana continuará).

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