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Maestro de la comedia italiana junto con Dino Risi o Mario Monicelli, Ettore Scola deja una obra abundante y diversa que explora siguiendo diferentes caminos estilísticos las relaciones entre historia e individuo.
Nacido el 10 de mayo de 1931 en Trevico, cerca de Nápoles, y criado en Roma, Ettore Scola es un cronista minucioso, apasionado e irónico de la sociedad italiana, desde los años sombríos del fascismo hasta la crisis de identidad de los primeros años del siglo XXI.
Hombre de izquierdas convencido, cercano al Partido Comunista de Enrico Berlinguer y más recientemente del Partido Demócrata, el cineastas exploró también con brío la historia revolucionaria de Francia en “La noche de Varennes”, (1982) .
Dirigió a Vittorio Gassman, Alberto Sordi, Nino Manfredi, Ugo Tognazzi, Monica Vitti, Stefania Sandrelli o Laura Antonelli. También fue uno de los cineastas italianos más vinculados a Francia y recurrió en numerosas ocasiones a intérpretes galos (Michel Simon, Jean-Louis Trintignant, Serge Reggiani, Fanny Ardant, Gérard Depardieu). Quince de sus películas fueron coproducciones franco-italianas.
Ettore Scola se impuso como un peso pesado del cine peninsular con “C’eravamo tanto amati” (Una mujer y tres hombres, 1974), relato agridulce del destino de tres ex partisanos antifascistas, enamorados de la misma mujer y confrontados a las decepciones y compromisos de la Italia del “milagro económico” .
En 1977, el emocionante e improbable idilio, el día de la visita de Hitler a Roma, entre Marcello Mastroiani, intelectual homosexual, y Sophia Loren, esposa frustrada de un militante fascista en “Una jornada particular” , le brinda una notoriedad mundial y una lluvia de recompensas.
Con una película anterior de Scola, “El demonio de los celos” , ganó Marcello Mastroiani en 1970 la palma de la mejor interpretación masculina en el Festival de Cannes.
Su última película fue “Qué extraño llamarse Federico” , un documental nostálgico sobre Federico Fellini, estrenado en 2013.