El “arriero” Shiro Otake tocará hoy

Shiro Otake se ganó el apodo de Arriero, como intérprete de la música de Atahualpa Yupanqui (1908-1992).

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Cuando era un adolescente se enganchó con la música del cantautor argentino, se hizo guitarrista y hasta logró conocerlo y tomar algunas lecciones con él. Ha venido varias veces a la Argentina, y hoy tocará en Asunción por primera vez, presentado por la Embajada del Japón. Será en el Teatro “Agustín Barrios” del Centro Paraguayo-Japonés (Julio Correa esq. Domingo Portillo), a partir de las 20:30.

El concierto es presentado por la Japan Foundation, a través de la Embajada de Japón. La entrada es libre y gratuita, pero los interesados deben retirar los accesos de la Embajada o del CPJ.

“Yo soy japonés, pero mi casa está en Nueva York y amo la Argentina. De todos esos lugares sale mi música. No me considero un sucesor de Atahualpa ni mucho menos. Quiero hacer una mezcla entre mi cultura y la música de Yupanqui. Tal vez me lleve el resto de mi vida. Pero en cualquier lugar en el que esté, llevo el sonido de Atahualpa, que tocó frente a mí en Cerro Colorado”, había dicho Otake en una entrevista con el diario Página 12, de Buenos Aires, en 2004. Allí relataba su encuentro con Yupanqui, poco antes de que este muriera, en su casa de Cerro Colorado, en la provincia de Córdoba.

El concierto de esta noche incluirá composiciones de su autoría y también de Yupanqui. Comenzará con Iberoamericana, una improvisación que parte del Adagio BWV 1001 de Johann Sebastian Bach. Luego interpretará obras como Guitarra dímelo tú, Los ejes de mi carreta, Luna tucumana, del compositor argentino y obras de su autoría como Zamba de Pepe, La tierra donde canta el viento, El fuego de los dioses (homenaje a Leopoldo Lugones) e Hiroshima, la ciudad que no olvido, con música de su autoría y letra de Yupanqui.

Shiro Otake nació en Tokio. A la edad de trece años se sintió fascinado por la música de “don Ata”. A los 16 años estudió guitarra clásica con Iwao Suzuki, y aprendió vastos repertorios de Yupanqui.

En 1988 viajó a los Estados Unidos e inició su carrera artística en la comunidad latinoamericana de Nueva York. En 1989 visitó la casa de verano de Yupanqui en Córdoba, Argentina, donde recibió la tutoría personal del propio Yupanqui.

En 1992 compuso la música del poema de Yupanqui Hiroshima - La ciudad que no olvido.
Luego de fijar residencia en Nueva York, realizó diversas presentaciones en varios países del mundo.

En 1996 participó en el Festival de Cosquín, ocasión en la cual fue ovacionado como el “Yupanqui Japonés”. En 2011 el tema Hiroshima - La ciudad que no olvido fue elegido el mejor entre 111 interpretaciones de Música Latinoamericana en Japón.

Recientemente, compuso la banda sonora de la nueva película japonesa Ichijiku no Mori, basada en la novela del mismo nombre de Mairiko Koike.

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