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"El anticristo" es, sin duda, una de las obras más controvertidas de Friedrich Nietzsche, el célebre pensador alemán. Es el volumen número 7 de los 16 que conforman la Colección Líderes del Pensamiento Universal, de la Editorial El Lector. El mismo aparecerá, con el ejemplar de ABC Color, el próximo domingo.
"El anticristo" se publicó en 1888, un año antes de que Nietzsche perdiera el uso de la razón y dos años antes de su muerte. El texto constituye en su conjunto un duro ataque al cristianismo. Tras "El anticristo", Nietzsche todavía tuvo tiempo de escribir su último libro, "Ecce homo", un escrito plagado de testimonios megalómanos del autor.
En "El anticristo" leemos que "con Dios se declara la guerra a la vida, a la naturaleza y a la voluntad de vivir. Dios es la fórmula de toda calumnia contra este mundo y de toda mentira respecto al más allá".
Nietzsche llega a aceptar que la religión, en algunas de sus fases, ha expresado la voluntad de vivir o, más bien, la de poder; pero su actitud general es que la fe en Dios, especialmente en el dios de la religión cristiana, es hostil a la vida, y que cuando expresa la voluntad de poder, tal voluntad es la de los tipos inferiores de hombre. Dada esta actitud, es comprensible que Nietzsche tienda a considerar la elección entre teísmo, especialmente teísmo cristiano, y ateísmo como una cuestión de inclinación o de instinto.
Reconoce que han existido hombres ilustres que han sido creyentes, pero mantiene que, al menos en nuestros días, cuando la existencia de Dios no puede ya garantizar la fuerza, la libertad intelectual, la independencia, es importante para el futuro del hombre defender el ateísmo. La fe es un signo de debilidad, de cobardía, de decadencia, una actitud negativa ante la vida.
Algunos estudiosos de la obra del pensador alemán creen que verdaderamente Nietzsche intenta hacer un esbozo de los orígenes de la idea de Dios, y delicadamente introduce la falacia primaria de que una vez mostrado el proceso de formación de la idea de Dios, es necesario demostrar su no existencia.
También aluden a objeciones teóricas contra la creencia en Dios. Pero, hablando de modo general, se da por supuesto el carácter ilusorio de tal creencia. Y el motivo decisivo de su rechazo es que los hombres pueden ocupar el lugar de Dios como legislador y creador de valores.
Lo que dice
En uno de los capítulos de "El anticristo" dice Nietzsche: "Se llama al cristianismo la religión de la compasión. La compasión es contraria a los efectos tónicos que acrecientan la energía del sentimiento vital; surte un efecto depresivo. Quien se compadece pierde fuerza.
"La compasión agrava y multiplica la pérdida de fuerza que el sufrimiento determina en la vida. El sufrimiento mismo se hace contagioso por obra de la compasión; esta es susceptible de causar una pérdida total en vida y energía vital absurdamente desproporcionada a la cantidad de la causa (el caso de la muerte del Nazareno). Tal es el primer punto de vista; pero hay otro aún más importante. Si se juzga la compasión por el valor de las reacciones que suele provocar, se hace más evidente su carácter antivital.
"Hablando en términos generales, la compasión atenta contra la ley de la evolución, que es la ley de la selección. Preserva lo que debiera perecer; lucha en favor de los desheredados y condenados de la vida; por la multitud de lo malogrado de toda índole que retiene en la vida, da a la vida misma un aspecto sombrío y problemático".
El autor
Nietzsche nació en 1844 en la casa parroquial de Röcken (Alemania). Su padre, sus abuelos y sus bisabuelos eran pastores protestantes. Su padre falleció cuando el pequeño Friedrich tenía cuatro años de edad.
Al ingresar a la escuela secundaria estudió piano y comenzó a componer pequeñas obras musicales.
"El anticristo" se publicó en 1888, un año antes de que Nietzsche perdiera el uso de la razón y dos años antes de su muerte. El texto constituye en su conjunto un duro ataque al cristianismo. Tras "El anticristo", Nietzsche todavía tuvo tiempo de escribir su último libro, "Ecce homo", un escrito plagado de testimonios megalómanos del autor.
En "El anticristo" leemos que "con Dios se declara la guerra a la vida, a la naturaleza y a la voluntad de vivir. Dios es la fórmula de toda calumnia contra este mundo y de toda mentira respecto al más allá".
Nietzsche llega a aceptar que la religión, en algunas de sus fases, ha expresado la voluntad de vivir o, más bien, la de poder; pero su actitud general es que la fe en Dios, especialmente en el dios de la religión cristiana, es hostil a la vida, y que cuando expresa la voluntad de poder, tal voluntad es la de los tipos inferiores de hombre. Dada esta actitud, es comprensible que Nietzsche tienda a considerar la elección entre teísmo, especialmente teísmo cristiano, y ateísmo como una cuestión de inclinación o de instinto.
Reconoce que han existido hombres ilustres que han sido creyentes, pero mantiene que, al menos en nuestros días, cuando la existencia de Dios no puede ya garantizar la fuerza, la libertad intelectual, la independencia, es importante para el futuro del hombre defender el ateísmo. La fe es un signo de debilidad, de cobardía, de decadencia, una actitud negativa ante la vida.
Algunos estudiosos de la obra del pensador alemán creen que verdaderamente Nietzsche intenta hacer un esbozo de los orígenes de la idea de Dios, y delicadamente introduce la falacia primaria de que una vez mostrado el proceso de formación de la idea de Dios, es necesario demostrar su no existencia.
También aluden a objeciones teóricas contra la creencia en Dios. Pero, hablando de modo general, se da por supuesto el carácter ilusorio de tal creencia. Y el motivo decisivo de su rechazo es que los hombres pueden ocupar el lugar de Dios como legislador y creador de valores.
Lo que dice
En uno de los capítulos de "El anticristo" dice Nietzsche: "Se llama al cristianismo la religión de la compasión. La compasión es contraria a los efectos tónicos que acrecientan la energía del sentimiento vital; surte un efecto depresivo. Quien se compadece pierde fuerza.
"La compasión agrava y multiplica la pérdida de fuerza que el sufrimiento determina en la vida. El sufrimiento mismo se hace contagioso por obra de la compasión; esta es susceptible de causar una pérdida total en vida y energía vital absurdamente desproporcionada a la cantidad de la causa (el caso de la muerte del Nazareno). Tal es el primer punto de vista; pero hay otro aún más importante. Si se juzga la compasión por el valor de las reacciones que suele provocar, se hace más evidente su carácter antivital.
"Hablando en términos generales, la compasión atenta contra la ley de la evolución, que es la ley de la selección. Preserva lo que debiera perecer; lucha en favor de los desheredados y condenados de la vida; por la multitud de lo malogrado de toda índole que retiene en la vida, da a la vida misma un aspecto sombrío y problemático".
El autor
Nietzsche nació en 1844 en la casa parroquial de Röcken (Alemania). Su padre, sus abuelos y sus bisabuelos eran pastores protestantes. Su padre falleció cuando el pequeño Friedrich tenía cuatro años de edad.
Al ingresar a la escuela secundaria estudió piano y comenzó a componer pequeñas obras musicales.