Cargando...
El féretro llegó a las 14:00 al templo local donde se realizó el responso, a cargo del párroco Juan Díaz. Luego, autoridades y estudiantes trasladaron el cuerpo hasta su última morada, donde se realizó un acto de despedida.
Varios discursos se sucedieron antes de que el féretro que contenía los restos mortales del universal Rubén Bareiro Saguier fuera enterrado. Todos resaltaron sus bondades como hombre y como escritor.
El primero en hablar fue el intendente local, Teodosio Gómez (PLRA), quien resaltó el patriotismo de Bareiro Saguier, quien dentro y fuera de su país no olvidó nunca sus raíces ni su patria chica, Villeta.
“Bareiro Saguier es y será para siempre un ciudadano ilustre, porque quedará en nuestros corazones eternamente, y los villetanos estaremos siempre agradecidos por todas las cosas que hizo por su ciudad natal”, expresó Gómez.
Por su parte, la ministra de Educación, Marta Lafuente, resaltó el gran legado que dejó Bareiro Saguier a la educación paraguaya, ya que fue el de la idea de implementar la enseñanza del idioma guaraní en clases.
“Gracias a Bareiro Saguier el idioma guaraní fue escolarizado y esta decisión permitió que muchos hablen esta lengua materna que por mucho tiempo se usó en forma clandestina y esto es digno de resaltar”, expresó la secretaria de Estado.
Dijo que aquella determinación deja sus huellas, porque ese empeño de hacer llegar el guaraní a los grados significó que muchos niños hablen un idioma que por mucho tiempo no fue permitido.
Resaltó además que la política de educación bilingüe sigue siendo un reto para nuestro país y que hoy es una tarea para las autoridades.
Indicó también las bondades del escritor y dijo que él mismo tuvo la humildad de los sabios y que nunca impuso sus ideas y siempre respetó los pensamientos de todos.
También la hija del laureado escritor Augusto Roa Bastos, Mirta Roa, dedicó un breve verso a Bareiro Saguier, a quien calificó de un gran amigo de su padre. Dijo que hoy la tierra cubrirá el cuerpo de Bareiro, pero no sus recuerdos.
La parte más emotiva se vivió cuando el cantautor villetano Carlos Viveros cantó el himno a Villeta, y fue coreado por los presentes.
Finalmente, el cajón fue depositado en la fosa preparada en el fondo del patio, al pie de una planta de pindó que él mismo plantó y que, según sus familiares, siempre había expresado ese pedido, pues él deseaba descansar en su tierra, en la ciudad donde vivió por mucho tiempo y donde creció.