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El libro de Caballero Campos narra que la Revolución Comunera concluyó con una expedición pacificadora encabezada por el entonces gobernador de Buenos Aires Bruno Mauricio de Zavala, quien derrotó a los comuneros en Tabapy en 1735.
Luego inició un proceso sumarísimo que concluyó con la condena de los principales líderes, que fueron condenados a muerte. Algunos fueron ejecutados mediante arcabuzazos, otros fueron ahorcados.
José de Antequera y Castro trató de llegar a Charcas para explicar lo que había ocurrido en el Paraguay, pero fue apresado y llevado a Lima. Tras 5 años, fue condenado a ser ejecutado y descuartizado, junto con Juan de Mena. Fue ejecutado en 1731, se produjo un gran motín en Lima, que solo fue sofocado tras varias horas, cuando salió el propio virrey Marqués de Castelfuerte a reprimir el motín.
Como inicio de su gran aventura en el Paraguay, José de Antequera y Castro había llegado a Asunción el 23 de julio de 1721, en su papel del juez pesquisidor enviado por la Audiencia de Charcas.
Su misión específica era iniciar un sumario con el fin de comprobar si eran ciertos o no los cargos que la ciudadanía le endilgaba al gobernador Reyes de Balmaceda, acusado de mal gobierno.
De acuerdo con el prologuista de este libro, Bernardo Neri Farina, Hérib Caballero Campos divide muy bien los capítulos del libro, lo cual posibilita el ordenamiento del relato y la mejor comprensión de los acontecimientos que ocasionaron el levantamiento comunero, el conflicto en sí y luego las consecuencias que derivaron de aquello que fue una verdadera guerra civil.
Por ejemplo, Caballero resalta en su entera dimensión el rol que desplegaron los miembros de la Compañía de Jesús en la Revolución, que tuvo como una de las causas visibles las disputas por la posesión de indígenas en el marco del sistema de Encomienda.
Uno de los aspectos destacados de esta obra es la aclaración que hace Hérib Caballero Campos respecto a cómo debe ser interpretada históricamente la Revolución Comunera.
Señala que “partimos en esta obra del principio de que la Revolución Comunera del siglo XVIII fue un movimiento que se rebeló contra el mal gobierno del representante del rey, nunca contra el rey Felipe V o la propia Monarquía”, sostiene el historiador.