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Amable, sereno, atento y reflexivo. Así se mostró Jorge Drexler a la hora de responder preguntas, ya sean sobre las propiedades de la música o sobre sus propios salvavidas de hielo. En el disco que lleva dicho nombre, contó, él expone “doce salvavidas de hielo”. Son de hielo porque salvan pero “son efímeros”, expresó en una entrevista concedida a ABC Color.
“Las canciones no te salvan para siempre, pero nada te salva para siempre”, se respondió a sí mismo, mientras gesticulaba expresivamente con las manos. “Los que te dicen que (las canciones) te pueden salvar para siempre te mienten por lo general. Me parece bueno asumir que no hay nada eterno, y celebrar con más autoridad lo transitorio que es todo”, respondió.
El músico pone a consideración del público sus creaciones, pero para él también existen esos salvavidas efímeros, de la mano de otros artistas. “Canciones muy concretas”, dijo mientras miró para arriba para pensar y decir: “My sweet Lord”, de George Harrison; “Suzanne”, de Leonard Cohen; “Julia”, de John Lennon; “Boas vindas”, de Caetano Veloso”. Músicas que tienen “esas cosas que te enseñan a sobrellevar la vida de otra manera; a reconciliarte con la vida y contigo mismo. A mantenerte a flote”.
Jorge Drexler es médico pero no ejerce, pues dejó todo por perseguir a la música, por lo cual una pregunta que siempre le hacen, según contó, es si la música cura. Y ¿pueden curar las canciones? preguntamos. “Me tomo muy en serio la pregunta, porque lo más fácil es decirte sí, la música cura. Pero, yo creo que las canciones sin ningún lugar a dudas son sumamente terapéuticas, muchas veces más en el área de la prevención que de la curación”, señala, por el hecho de que “cada vez que uno canta, el diapasón que somos vibra entero”.
“Esos pequeños estados de gracia, breves, reconducen la vida de las personas a veces. Entonces las canciones participan de ese mundo, por algo recurrimos a ellas todo el tiempo, no hay ningún dolor del corazón que la gente no intente curar con canciones”, afirmó con una sonrisa.
El uruguayo, quien hace años vive en España, reconoce así lo fundamental de la música tanto para el ser humano como individuo como para toda una sociedad. “No hay ni una sola civilización humana de homo sapiens en que la música no haya tenido un rol muy importante”, subrayó.
Pero además de solo los sonidos, advirtió, “las canciones tienen texto, y el texto junto con la música sirve para paliar un montón de enfermedades, entonces sí que es curativa”, expresó, para luego confesar: “Me he resistido durante mucho tiempo a creer eso”.
El cambio: lo más importante El tiempo establecido para la entrevista se acabó, y al agradecerle por su tiempo cortó diciendo: “No, no, no, sigamos un poquito, ya por responsabilidad mía”.
Agradeciendo por el gesto hablamos entonces de los cambios constantes tanto en su vida y en su música. La forma más fácil de entender los cambios es pensando en “un ser vivo”, señaló. “Es como eres tú. Tú eres la misma persona que eras hace 8 años. Bueno, pues no tienes ningún átomo en común con esa persona, todos tus átomos han cambiado en estos años”.
Estos átomos, añadió, “se han juntado en tu cuerpo de vuelta, y están ahí pero sigues siendo tú, y a la vez no eres tú. Y lo mismo pasa con las canciones, yo sigo buscando lo mismo en ellas pero soy tan diferente y tan igual como era años atrás”.
Las canciones, profundizó, “son una derivación de nuestra biología”, por lo cual “responden a las mismas normas”. Por eso el cambio “es tan importante”, concluyó.
Hoy los accesos se habilitarán a las 20:00. Sama (Partes Iguales) abrirá el show a las 20:30 y Jorge Drexler subirá a las 21:20. Aún hay entradas en venta en Red UTS a G. 550.000 (Oro) y G. 685.000 (Platino). victoria.martinez@abc.com.py