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“De tal madre, tal hija” es una comedia protagonizada por la Binoche, con Camille Cottin y Lambert Wilson, bajo la dirección de Noémie Saglio. Binoche es una madre que nunca creció y que tiene una hija hiper responsable (Cottin). Esta queda embarazada y al poco tiempo, también la madre. El filme plantea sobre los enfrentamientos generacionales. Mado (que así se llama el personaje de Binoche) no está preparada para ser abuela, y mucho menos tener otro hijo. Y la hija, que nunca tuvo la atención que debería haber tenido, tampoco tiene el protagonismo que conlleva la dulce espera. Una comedia ligera que se deja ver con tranquilidad, en un rol en el que no estamos acostumbrados a ver a Binoche, una de las principales actrices francesas de los últimos 25 años.
El filme de Melissa McCarthy, a pesar del nombre, “El alma de la fiesta”, no es la alocada comedia estudiantil que uno podría imaginar con ese nombre y con McCarthy como protagonista. Es un filme dirigido por su marido, Ben Falcone, y que trata sobre el empoderamiento de las mujeres.
McCarthy es una típica ama de casa que al ser abandonada por su marido decide volver a la universidad. Había abandonado sus estudios de antropología luego de casarse.
Se inscribe en la misma universidad que su hija (Molly Gordon) y al poco tiempo se convierte en la “mamá guazú” de la residencia estudiantil. Ella es alocada, pero no tanto. Más que nada, es el respaldo de las amigas de su hija, la que les motiva a perseguir sus sueños.
Así, resulta una comedia muy obvia, con situaciones demasiado fantasiosas y que poco tiene que ver con aquella “Regreso a la escuela”, protagonizada por Roger Dangerfield en 1986 y que es presentada como su inspiración. Son películas que responden al espíritu de épocas muy diferentes.