Divergencias en una sociedad unificada

A medio camino entre el romanticismo de “Crepúsculo” y la crítica de “Los juegos del hambre” está “Divergente”, una fábula para adolescentes, en clave de ciencia ficción que tiene cierto atractivo. Si bien la historia es pueril, se deja llevar y, principalmente, no es previsible, algo que se agradece en estos tiempos en que no vemos cosas tan interesantes en pantalla.

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En el filme, la historia se desarrolla en un futuro de posguerra mundial. En Chicago (no sabemos de otras ciudades) la sociedad se ha organizado en castas: la de los abnegados (que son los que gobiernan), los eruditos (los más inteligentes, que desarrollan tecnologías y trazan planes de desarrollo), los justos (que nunca dicen mentiras y se encargan de la ley), los osados (que defienden la ciudad) y los cordiales (los productores de alimentos). Finalmente, están los desclasados, los que no pudieron ubicarse en ninguna y que viven como parias.

En la adolescencia, una persona debe decidir a qué casta se unirá. La protagonista, Beatrice Prior (Shailene Woodley), ha optado por los osados, pero ella es una divergente, una persona que tiene cualidades para más de una casta, algo que es considerado peligroso en esta sociedad.

sferreira@abc.com.py

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