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Minutos antes de las 21:00, hora pactada para el show de Destruction, el público coreaba intensamente el nombre de la banda, tras las presentaciones de los grupos paraguayos Patriarca y The Force.
Con asombrosa puntualidad el trío conformado por Mike (guitarra), Schmier (bajo y voz) y Randy Black (batería) subió a escena con “Curse the Gods”, con un sonido impecable que permitía distinguir perfectamente, por ejemplo, los riffs de guitarra con los que Mike arremetía en serpenteantes escalas desde lo más grave a lo más agudo.
Tras un “¡gracias, Asunción!” por parte de Schmier, llegó la bestial “Armageddonizer”. El vocalista arengaba en todo momento al público con el puño en alto, mostrándose cada vez más emocionado. También se paseaba por el escenario y utilizaba los tres micrófonos instalados en el frente, acercándose así a diferentes partes del público.
Detrás de su enorme set de batería se lució en todo momento Randy, especialmente en “Tormentor”. Al finalizar este tema, Schmier exclamó: “¡Finalmente Destruction en Paraguay! Es genial estar aquí muchachos”, demostrando en todo momento su alegría por el constante contacto con el público.
Siguieron con temas como “Nailed to the Cross” y “Mad Butcher” mientras una persona era llevada en andas por la multitud. La intensidad crecía y Schmier provocaba “¡vamos, denme más!” al público, entre “Dethroned” y “Life Without Sense”. La gente cantaba enérgicamente y el músico sacaba chispas del sonido demoledor de su bajo. En gran complicidad con la multitud, Schmier tocaba entregado.
Llegaron luego “Release from Agony”, “Eternal Ban” y “Total Disaster”, para dar lugar a un gran solo de Black, que muchos quisieron inmortalizar en sus celulares y otros en sus retinas. El baterista sacó el jugo del amplio abanico de timbres que podía conseguir.
“¡Una cerveza por favor!” pidió Schmier para brindar a la “salud de Paraguay”, antes de hacer “Antichrist”, “Black Mass” y “The Butcher Strikes Back”, mientras se despedían, pero el público se resistía a dejarlos ir.
“¡Son increíbles!”, agradeció el cantante y dijo que para la despedida definitiva complacerían a la gente, que empezó a pedir a los gritos diferentes temas. Así llegó el final con “Thrash Till Death”, “Invincible Force” y “Bestial Invasion”.