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El féretro fue llevado por los estrechos pasillos del Cementerio del Este hasta llegar casi al lindero, donde se encontraba un panteón rodeado de modestas lápidas. Primeramente habló su hermano mayor, José Ramón Miranda, de 84 años, que forma parte de la Primera Iglesia Evangélica Cristiana Apostólica Interdenominacional del Paraguay.
Luego, Alcides Roa, presidente de Autores Paraguayos Asociados (APA), destacó a Miranda como un formador de juventudes que llegó a la excelencia de su profesión.
El cantante Kike Krona recordó que conoció a Palito en Carapeguá, cuando aún integraba la banda Mosqueira. También dijo que Chono Duarte le puso el sobrenombre de Palito porque William, su nombre, era muy pomposo, y el apodo quedaba mejor con la contextura física que lucía en la década de los cincuenta.
También recordó que, en 1963, Palito fue uno de los fundadores del Jazz Club Paraguayo y que hablaron hace unos días de celebrar en el 2013 los cincuenta años de la entidad pionera.
“Palito, yo no pensé que iba a hacer esto”, dijo Kike, y se puso a cantar “Cuando un amigo se va...”, hasta romper en llanto.
El actor Carlos Cáceres dijo que “su cuerpo va a la tierra, su corazón queda con los familiares y su espíritu de lucha se queda con nosotros”, luego de cantar y recitar unos versos de “Un puñado de tierra”, de Hérib Campos Cervera.
El baterista Ángel Fanego recordó que parecía que fue ayer cuando Palito y el tecladista Popo Vera fueron a visitarle para integrar Los Jockers. “Pero de eso han pasado 48 años. Siempre te admiré como persona y como saxofonista, y tomé la posta de Los Jockers con el compromiso de cuidar el nombre de la orquesta como habías encomendado”.
Finalmente, habló Gladys Cañete, quien también fue cantante de Los Jockers, para recordar los momentos que pasó con Palito y sus familiares. “Para mí, es como perder nuevamente a mi padre (el compositor Luis Cañete). Era igual que él, decía las cosas de frente, aunque eso podía resultar mal a mucha gente. Pero tenía una musicalidad excepcional y era muy exigente. No nos perdonaba nada. Pero solo él pudo realizar unos arreglos preciosos de la música de mi padre”, señaló.