Deliverans, gran celebración de una amistad inclaudicable

Deliverans, más que nada, es un grupo de amigos que se conocieron en el colegio, y que decidieron hacer música. No se dedican a ella a tiempo completo, pero si tuvieran la oportunidad, abandonarían todo, porque es lo que más aman. Es lo que los une y los nutre. Así los vimos en su show de 30º aniversario.

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“Luz, Sangre, Agua” fue presentado el jueves 1 en el auditorio García Lorca de la Manzana de la Rivera. El escenario fue dispuesto en el medio de la sala en una suerte de pasarela, sobre el cual estaba ubicado un enorme cubo, que era utilizado como pantalla de video y que también bajaba para contener a los miembros del grupo en una especie de “recinto de las revelaciones”, donde contaban las anécdotas más secretas que, por supuesto, todos escuchábamos.

El espectáculo fue un gran viaje por la nostalgia de los años ochenta cuando Neine Heisecke, Amberé Feliciangeli y Leche Díaz Meyer comenzaban a dejarse llevar por la música. Algo que inició como una puerta a un mundo diferente y que luego los unió en un grupo musical que se convirtió en uno de los principales de la escena rockera paraguaya. No están constantemente actuando, su último lanzamiento fue en 2005. Pero sí han dejado una impronta indeleble.

Bajo la dirección de Paola Irún se armó este show que es la historia de una amistad inclaudicable, pleno de anécdotas que se alternaban con las canciones. Comenzaron con el “Boys Don’t Cry”, de The Cure hasta el inédito “Frontera”. El cubo video emitía imágenes desde la primera actuación del grupo, en un festival colegial, la cara de Stroessner caricaturizada mientras sonaba “Squeeze” y todo tipo de imágenes que nos trasladaban a diferentes etapas de estos treinta años.

Los muchachos estaban algo impostados a la hora de actuar y relatar sus anécdotas, pero estaban al toque con la música. Un espectáculo muy interesante que debe volver a presentarse para quienes no pudieron verlo y, mejor aún, si llega al video.

Laucha Arce, el baterista fallecido en 2005, estuvo presente en todo el show a través de la música y el recuerdo. Diego Riveros lo suple con todas las letras. Pero que el hijo de Laucha, Luca, haya subido a tocar “Alabaré”, realmente no tuvo precio.

sferreira@abc.com.py

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