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Con letras punzantes y provocativas que hablan de política y de temas sociales, Dead Kennedys se convirtió desde su aparición en 1978 en una banda controversial pero fundamental para la corriente punk. Tras la salida de su vocalista Jello Biafra (con quien se han enfrentado incluso llegando a lo judicial por conflictos por regalías) por el grupo pasaron varios vocalistas.
La conformación que actualmente se encuentra de gira tiene a dos miembros que iniciaron la banda: el bajista a Klaus Flouride y el guitarrista East Bay Ray, que se completa con el vocalista Ron Greer y el baterista D. H. Peligro.
“Me siento un afortunado”, expresó Flouride a ABC Color sobre la posibilidad de poder seguir conociendo nuevos países gracias a su música. El bajista resaltó también el hecho de poder “pasar más tiempo en el país”, lo que les posibilita “ver un poco más” del lugar a donde llegan.
La música, justamente, es por lo que “sigue respirando”, indicó. “Es donde me siento más a gusto, donde me siento más yo mismo. Escucho música todo el tiempo, incluso cuando no estoy tocando”, dijo. Por eso ser parte de Dead Kennedys a principios de los 80 fue algo que le cambió la vida por varias razones. Por un lado, expuso que tuvo “la suerte de tocar frente a muy poca gente a pasar a hacerlo frente a muchas más personas y poder vivir de eso”.
Pero la “gran parte” de su experiencia, añadió, es “poder tocar la música que nosotros creamos, que nosotros ensamblamos, y no hacer covers de canciones de otras personas”.
Flouride rememoró también que su padre le decía: “Hay 3.000.000 de chicos afuera que tocan el bajo, así que debes tener un plan B, porque no vas a hacer esto para vivir”. Entonces cuando “las cosas con la banda empezaron a tomar vuelo dije: yo soy el afortunado de esos 3.000.000 de chicos”. Aunque, precisó, “podría decir que es solo suerte, pero no, además de la fortuna de estar en el momento y el tiempo indicados, esto es también el resultado de un montón de trabajo”, afirmó.
“Musicalmente y con nuestras letras fuimos honestos en concordancia con nuestras actitudes y tratábamos de ser punk rock per se”, reflexionó Klaus. Recordando que en sus letras hablaron siempre sobre temas candentes, Flouride lamentó que “desafortunadamente las viejas situaciones siguen vivas”. Hoy en día, afirmó el músico, “todo se trata de locura, de política o de corrupción, o de personas que no confían en otras”. Por eso “las canciones tocan temas típicos, sin tiempo, que no precisamente están encadenados con lo que pasaba en la década de los 80”.
Su “misión” con Dead Kennedys, expuso, no es “decir a la gente lo que tiene que pensar, sino posiblemente hacer que la gente piense”. Ellos “tiran algunas ideas” y si alguien escucha y dice “nunca había pensado en eso, voy a investigar sobre eso”, ya es algo positivo, comentó. “Pero si buscas una banda punk o una banda de cualquier tipo como una fuente para tus pensamientos políticos o algo así, estás mirando en el lugar equivocado, en vez de eso ve a la biblioteca y haz tu propia investigación”, puntualizó.
El punk sigue vivo
Al decir de Klaus, lo que hoy en día pasa con la escena punk es que “lo que se escucha más pop punk es lo mainstream, y lo mainstream siempre tiende a llevar todo más hacia el pop”. Citó a bandas como Green Day o Blink 182 que están en ese terreno pero, sostuvo, “hay un montón de grupos que siguen explorando nuevos terrenos, ya sea en el punk o en otros estilos”.
En ese sentido, citó como ejemplo a la banda mexicana Carrion Kids, que conoció durante un festival. “Cuando iban a tocar pensé: bueno, seguro es una banda pop como las otras, pero luego empezaron con todo el ‘shoegazing’ y fue una locura, y eso pasó hace solo dos años”, recordó. “Entonces dije: ellos realmente lo tienen, y son chicos jóvenes, por eso sí hay cosas interesantes, sobre todo con internet se puede encontrar mucho”, observó.
La era de internet
Al respecto del uso de internet ya sea con las redes sociales o el streaming, Flouride pensó que “se supone que tiene que ser algo liberador, pero uno está muy ensimismado”. Reconoció que “la gente tiende a caer en eso como si entrara al hoyo de un conejo”. De igual forma consideró que “hace muchas cosas más prácticas” pero “también puede ser muy esclavizante”.
Sobre plataformas digitales de música como por ejemplo Spotify, pensó que quizás ellos “aman la música pero odian a los músicos, porque su fuerza motriz es el dinero”. A veces, agregó, “es bueno que piensen en hacer mejor las cosas, pero estoy seguro de que se llevan mucho dinero”, apuntó.
Finalmente expresó: “traigan los oídos abiertos y una mente abierta” a los seguidores de su música que llegarán hoy hasta el Casco Antiguo. “Nos vamos a divertir”, concluyó.
victoria.martinez@abc.com.py