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La publicación, a decir de Nicolás Latourrette Bó, presidente de la Fundación que lleva su nombre y que financia las obras, es “poner el foco de atención en unas protagonistas de la gesta histórica nacional muchas veces, no digamos olvidadas, sino, peor aún, desdeñadas (...)”.
En la presentación, se pregunta: “¿Sería posible (...) pensar siquiera que Pedro Juan Cavallero, Fulgencio Yegros y todos los que urdieron la independencia patria hayan podido sostener semejante proyecto sin el apoyo, el aliento, la comprensión y la fortaleza de sus mujeres?”
La autora relata en “Pioneras de la nacionalidad” que el primer grupo femenino en llegar al Río de la Plata y al Paraguay lo conformó una veintena de mujeres, algunas de las cuales regresaron a la Metrópoli, pero las que se quedaron, una vez establecidas en la comarca asuncena y casadas con europeos, fueron madres de las criollas y los criollos, todavía en la centuria de la fundación de Asunción.
Paralelamente, también proliferaron los nacimientos de mestizos y mestizas provenientes de la unión indiscriminadas del peninsular con las indígenas, más aún con la disposición de Domingo Martínez de Irala, que ordenó a los soldados a tomar a las mujeres y a las hijas de los indios y que las robasen y las trajesen para ellos.
“El mismo Irala mantuvo relaciones con unas siete u ocho indígenas, que le dieron un total de nueve hijos e hijas, a quienes reconoció como suyos y les otorgó su apellido”, dice la investigación, que aborda la participación femenina durante la primera etapa de las exploraciones y conquistas del antiguo territorio paraguayo, a partir de 1541, cuando el gobernador Domingo Martínez de Irala, atendiendo al principio militar de la concentración de fuerzas, decidió abandonar a los desprotegidos e inseguros fuertes sureños y reunir a todos los europeos en Asunción, hecho que coincide con la vigencia de la amplitud territorial de la Provincia Gigante de las Indias”, hasta la consolidación de la Colonia y la independencia.
“Las mujeres que arribaron como pobladoras de la Asunción fueron un aliento de vida que infundió a aquellos hombres nuevas esperanzas e ilusiones. La llegada providencial de aquellas mujeres representa la influencia civilizadora más grande que en aquellos años experimentó el Paraguay, e inicia la era de verdadera colonización”.
En “La mujer paraguaya. Su participación en la Guerra Grande”, la autora arranca diciendo: “Nada más grande y sublime que el papel de la mujer en la gloriosa historia de nuestra patria”. Destaca que el papel que le cupo asumir durante la epopeya fue el protagonista misma “luciendo sus virtudes y los destellos rutilantes de su fuerte y serena personalidad en todos los esfuerzos que demandó firmeza por mantener la dignidad y la soberanía de la nación y a alentar y sostener a sus heroicos defensores”.
El libro repasa la vida de mujeres que arrancan con Doña Escolástica Barrios de Gill, quien encabezó la lista de firmantes del “Libro de Oro” en el que las mujeres decidieron donar sus joyas y alhajas para el sostenimiento de la guerra, hasta la vida de Pancha Garmendia, de quien se enamoró el entonces coronel Francisco Solano López, pero ella se resistió a corresponderle.
Ficha técnica
La edición corresponde a la Fundación Nicolás Latourrette Bó, dentro de sus cronograma de actividades y aportes a la cultura paraguaya en conmemoración del Bicentenario de la Independencia.
La presentación será mañana, martes 2, a las 19:00, en la sede del Museo de Arte Sacro, de Manuel Domínguez esq. Paraguarí.
Los interesados en asistir deberán llamar a la Fundación para solicitar la tarjeta de acceso, que será gratuito.
Para más informes:
Secretaría de la Fundación, Telfs. (021) 497 781 y 449 439.
www.museodeartesacro.com, y
secretaria@museodeartesacro.com.py.