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El guitarrista clásico Julio Cristaldo se presentó en el marco del Ciclo de Música de Cámara de Drácena, que desde el año pasado está mostrando interesantes propuestas.
La temática del concierto, según él había anticipado, era un recorrido por obras de compositores de distintos países. En ese sentido abrió el recital con la Sonata K1, de Domenico Scarlatti. Desde la primera nota, Cristaldo demostró que tiene un gran aplomo en escena, pues se muestra muy seguro de su interpretación. Asimismo, resulta un disfrute la claridad del sonido que saca de su guitarra.
Siguió con Introducción y Rondo en La menor, de Dionisio Aguado, obra que exigía un buen manejo de distintas intensidades interpretativas, lo cual Julio cumplió con evidente compromiso. Además, el artista se notó desinhibido a la hora de contar sobre las composiciones, y muy comunicativo con el público.
Su repertorio continuó con Variación sobre un tema de “La Traviata”, de Francisco Tárrega, para dar rienda suelta a un porte elegante, acompañando la intención de la composición. En este viaje musical llegó el turno de Agustín Barrios, de quien hizo “Julia Florida”, con mucha delicadeza y emoción. Además contó que Mangoré fue la razón por la cual él decidió dedicarse a la música.
Ante la presencia del folclorista Ramón Ayala, que asistió por invitación de Cristaldo, tuvimos la suerte de escuchar una composición del joven, “Guitarra fronteriza”, dedicada al artista argentino. Su obra era un tema de carácter folclórico, muy bien desarrollado y ejecutado.
Esta parte cerró con “El colibrí”, de Julio Sagreras, y “Tango en Skäi”, de Roland Dyens, todas obras abordadas con profesionalismo y respeto.
Pero también Julio llevó al violinista Jorge Vera como invitado para culminar el concierto con “Historia del tango”, de Astor Piazzolla. Este dúo dejó en claro que hay una generación de jóvenes artistas que si siguen por la senda correcta tendrán carreras destacadas. Sin dudas prometen y no deben dejar de trabajar su talento.
Cabe resaltar que Cristaldo tiene pautadas presentaciones en Argentina, este año. El 25 de enero tocará en el Centro Cultural J. L. Ortiz, de Paraná, y el 11 de febrero en el espacio cultural de Canopus Travel, del movimiento Continuarte, en Buenos Aires. Además, adelantó que en dicha ciudad dará clases y talleres.
La magia de la música
Parte del tramo final de la obra de Piazzolla fue interrumpida, pero de buena manera, pues Ramón Ayala, que estaba entre el público, ya debía retirarse. Pero el artista no dejó pasar la oportunidad para dedicar al público una poesía, que improvisó con el acompañamiento de Julio y Jorge.
También aprovechó el talento de los músicos para entregar, todo de manera espontánea, “El cosechero” y “Mi pequeño amor”.
Esa naturalidad solo puede suceder cuando hay personas comprometidas con la música, prueba de eso fue este encuentro de generaciones que conectaron para tocar los corazones de todos los presentes.
victoria.martinez@abc.com.py