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Con música de Tchaikovsky y una coreografía basada en la de Marius Petipa, la puesta incorpora elementos circenses.
Unos 18 patinadores forman parte de la puesta que presenta la historia de Clara, una niña que en la noche de Navidad recibe como obsequio un muñeco que sirve para romper las nueces. Inmersa en un profundo sueño, comparte aventuras con unos ratones, entre ellos el Rey de tres cabezas, y un aplaudido pas de deux con el Cascanueces.
Al finalizar el primer acto, una de las patinadoras sorprende al público utilizando unos zancos que son incorporados a los patines.
Si bien las condiciones del hielo no fueron las óptimas en la noche del estreno, los patinadores se desempeñaron con solvencia. Sin embargo, el reflejo del temor en el rostro de algunos de los artistas dio poca credibilidad a sus personajes.
La primera parte de la obra transcurre sin mayores atractivos hasta la aparición del Concejal Drosselmeyer, cuyo intérprete se destacó con arriesgados saltos y trucos de magia.
En la segunda parte, tal como relata el cuento de E.T. Hoffmann, Clara llega al reino de los dulces y desfilan personajes que ponen en escena la danza española, la danza árabe, la danza china y la danza rusa.
Acertadamente, en este tramo se incorporan elementos circenses que hacen más entretenida a la puesta. En la danza española, uno de los patinadores realiza malabares con una estructura metálica con forma de cubo, logrando arrancar los aplausos del público.
También se destacan los arriesgados saltos de las artistas que forman parte de la danza rusa, y los sucesivos cambios de vestuario en escena que ofrece otro de los números del “Cascanueces”.
El espectáculo puede ser visto por toda la familia y las entradas están a la venta en la Red UTS. Los sectores son VIP (G. 350.000), Plateas (G. 250.000) y Generales (G. 150.000).
malonso@abc.com.py