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Hizo varias películas en Argentina y formó parte de las más exitosas compañías de comedias que activaron en el Teatro Municipal. Falleció en 2009 a los 92 años.
El centenario de Carlos Gómez pasó inadvertido para la comunidad teatral de nuestro país. El actor hizo una carrera de casi 70 años, ya que había empezado en 1939, a los 22 años. Entre sus maestros tuvo a Julio Correa y compartió escenarios con Ernesto Báez, Teodoro Mongelós, Emigdia Reisófer y tantas personalidades del teatro paraguayo.
Debutó en el teatro integrando el elenco Destello Juvenil (1939- 1940), el cual recorría escuelas y colegios. Fernando Oca del Valle lo vio y lo invitó a ser socio fundador de la compañía en Castellano del Ateneo Paraguayo.
Durante la revolución de 1947 tuvo que exiliarse en Buenos Aires. Allí con Báez y Reisófer fundaron la compañía con la que representaban obras todos los lunes en el teatro Apolo, ya que en ese día las compañías argentinas descansaban.
Allí representaban obras paraguayas.
En 1948 los tres retornaron al país y tuvieron mucho éxito con obras como ” El comisario de Valle Lorito”, “Añaretã’i”, “Mbarete ruvicha”, “La Madama” , entre otras más.
El vínculo con Argentina se mantuvo y Carlos Gómez actuó en varias películas, empezando con “Alto Paraná”. Estuvo bajo la dirección de Leopoldo Torres Nilson en “Aquello que amamos” (1959) que estaba protagonizada por Lautaro Murúa.
También actuó en “La sangre y la semilla”, “Choferes del Chaco”, “La burrerita de Ypacaraí”, entre otras más.
Entre las distinciones que recibió se encuentran la Orden Nacional del Mérito en el grado de Comendador, hijo dilecto de Asunción, premio Arturo Alsina a la trayectoria teatral, y Maestro del Arte, en el Centro Cultural de la República El Cabildo.
En 2008 se publicó un libro sobre su vida, “Las huellas de un patriota del arte”, escrito por Chony Calderón y Juan Carlos Díaz.