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Stefano Bollani es increíble. El pianista entró en camisa, vaquero y championes rojos para desplegar su magia más allá de las teclas. Es simple y sin aires de divo, y eso hace que su presencia escénica sea aun más especial, porque no requiere de nada más para conquistar que su carisma natural y su evidente gran musicalidad.
Dio una brillante apertura como solista con una extensa improvisación que ya desde el inicio nos mostró la calidad musical que transitaría el concierto.
Es un genio. El público se veía sin aliento pero él no daba tregua. Más allá de una clara digitación tiene una expresividad corporal impresionante. Con su cara y su cuerpo entero nos cuenta lo que siente al tocar. Y así se sienten sus emociones mientras fluye con las teclas.
Esta presentación era para mostrar al público las composiciones de su nuevo disco “Que Bom” y para ello trajo a quienes ya habían trabajado con él en el álbum “Carioca” (2008): Jorge Helder (contrabajo), Jurim Moreira (batería) y Armando Marçal (percusión). Pero además agregó a otro percusionista, el joven y talentoso Thiago da Serrinha.
Luego de su gran introducción entró entonces el grupo y enseguida nos hechizaron con clase, elegancia y fineza. Entre tema y tema Bollani también conversó con el público, incluso haciendo bromas. En fin, dando muestra de una completa personalidad como artista.
Hicieron así músicas como “Ho perduto il mio pappagallino”, “Criatura dorada”, “Que Bom”, entre otros que conforman el disco claramente influenciado por ritmos brasileños, pero que él supo reinterpretar a su manera, entre el lenguaje del jazz y un espíritu tropicalista.
Los temas son de carácter variado. Una samba o un choro se hacían reales gracias a los talentosos percusionistas que lo acompañaban, tanto que daban ganas de levantarse a bailar. Los temas con aires de bossa nova en tanto sacaban a relucir al contrabajo y claramente al piano. Los climas pasaban así de un estado a otro, casi sin darle tiempo a uno de reponerse.
Pero a pesar de su esencia magnética, Bollani no hace que el concierto sea algo solamente suyo, pues en todo momento celebraba a sus músicos, pedía aplausos para ellos, les sonreía ante una gran o creativa intervención, y eso se disfruta al ver como en escena ellos también se divierten.
De pronto se anunciaba el último tema y parecía que el tiempo se fue en un abrir y cerrar de ojos. El público ovacionó de pie y quedó aplaudiendo por varios minutos, con energía, exigiendo que haya algo más en el repertorio.
Bollani volvió solo y entregó una soberbia versión de “Recuerdos de Ypacaraí”, con variaciones fascinantes. Hizo suya la música. Definitivamente necesita más teclas para un talento que le desborda. Con un público sumamente encendido y rendido a sus pies, la banda entera volvió y entregaron como bis “Tico-Tico no Fubá”. Sublime.
Bollani vino a Paraguay por primera vez en 2015. En dicha presentación actuó solo y fue sorprendente. Esta propuesta nos mostró otra de las tantas facetas de este artista cuya música trasciende para tocar a la gente. Ojalá vuelvan a traerlo y podamos seguir disfrutando de todo lo que tiene para compartir.
victoria.martinez@abc.com.py