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El último volumen de la Colección Protagonistas de la Historia, publicada por la Editorial El Lector, presenta la semblanza de una de las personalidades más fascinantes de nuestra historia, Silvio Pettirossi (1887 1916), el precursor de la aviación en nuestro país.En efecto, el libro "Silvio Pettirossi, el rey del aire", de Antonio Luis Sapienza Fracchia, aparecerá el próximo domingo con el ejemplar de ABC Color. En él se narra la trayectoria del gran piloto, hijo de un inmigrante italiano de la posguerra.
Como el Paraguay quedó destrozado tras la finalización de la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870), los sobrevivientes, junto con migrantes provenientes de Brasil, Argentina, España e Italia, comenzaron a reorganizar el país. Entre los numerosos inmigrantes italianos se encontraba Antimo Pettirossi, quien en nuestro país se dedicó a la construcción de casas, trabajo con el cual logró una cómoda posición económica.
Don Antimo se casó con la paraguaya Rufina Pereira Roldán. El cuarto hijo, que nació en Asunción el 16 de junio de 1887, fue bautizado con el nombre de Silvio. Como consideraban que sus hijos podían tener una mejor formación en Italia, la familia envió a Silvio a estudiar en dicho país, cuando tenía tan solo 7 años de edad.
Primero cursó sus estudios escolares en un colegio en Viterbo y posteriormente ingresó junto con su hermano Alfredo en un liceo que daba una formación militar, el Liceo Spoleto de Roma, en donde permaneció hasta que cumplió los catorce años.
A fines del siglo XIX y a comienzos del siglo XX existían colegios de corte militar en los cuales además de aprender las materias propias de la escuela o del colegio, se impartía enseñanza militar. En la Italia de aquella época era común ese tipo de instituciones.
Silvio regresó al Paraguay cuando tenía 14 años. Junto con sus amigos, Silvio acostumbraba arrojarse en un precario paracaídas desde el barranco sobre el río Paraguay en las cercanías de la quinta del general Bernardino Caballero, que hoy es el Parque Caballero.
Con aquellos juegos infantiles, Silvio demostraba su pasión por lo que se vislumbraba en el horizonte del mundo, la aviación. Cuando Silvio se arrojaba en un precario paracaídas transcurría el año 1902. Al año siguiente, 1903, se produjo el vuelo del primer avión construido por los hermanos Orville y Wilbur Wright. Pronto se produciría una verdadera revolución: el avión era una realidad.
En 1904, el gobierno colorado del coronel Juan E. Escurra enfrentó una guerra civil propiciada por las facciones de los cívicos y los radicales del Partido Liberal con el apoyo del sector egusquicista del Partido Colorado.
El joven Silvio, con 17 años de edad, se unió a las fuerzas revolucionarias, a pesar de su condición de menor de edad. Participó del combate en Parirí y sobre el río Confuso. Dichos combates se libraron a comienzos del mes de noviembre de 1904. Días después le tocó a una unidad comandada por Pettirossi proteger la posición de Burro Ycuá en el camino entre Limpio y Luque. El mayor número de las tropas gubernistas arrasaron con las fuerzas rebeldes. Sólo sobrevivieron Silvio y dos compañeros más.
Como el Paraguay quedó destrozado tras la finalización de la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870), los sobrevivientes, junto con migrantes provenientes de Brasil, Argentina, España e Italia, comenzaron a reorganizar el país. Entre los numerosos inmigrantes italianos se encontraba Antimo Pettirossi, quien en nuestro país se dedicó a la construcción de casas, trabajo con el cual logró una cómoda posición económica.
Don Antimo se casó con la paraguaya Rufina Pereira Roldán. El cuarto hijo, que nació en Asunción el 16 de junio de 1887, fue bautizado con el nombre de Silvio. Como consideraban que sus hijos podían tener una mejor formación en Italia, la familia envió a Silvio a estudiar en dicho país, cuando tenía tan solo 7 años de edad.
Primero cursó sus estudios escolares en un colegio en Viterbo y posteriormente ingresó junto con su hermano Alfredo en un liceo que daba una formación militar, el Liceo Spoleto de Roma, en donde permaneció hasta que cumplió los catorce años.
A fines del siglo XIX y a comienzos del siglo XX existían colegios de corte militar en los cuales además de aprender las materias propias de la escuela o del colegio, se impartía enseñanza militar. En la Italia de aquella época era común ese tipo de instituciones.
Silvio regresó al Paraguay cuando tenía 14 años. Junto con sus amigos, Silvio acostumbraba arrojarse en un precario paracaídas desde el barranco sobre el río Paraguay en las cercanías de la quinta del general Bernardino Caballero, que hoy es el Parque Caballero.
Con aquellos juegos infantiles, Silvio demostraba su pasión por lo que se vislumbraba en el horizonte del mundo, la aviación. Cuando Silvio se arrojaba en un precario paracaídas transcurría el año 1902. Al año siguiente, 1903, se produjo el vuelo del primer avión construido por los hermanos Orville y Wilbur Wright. Pronto se produciría una verdadera revolución: el avión era una realidad.
En 1904, el gobierno colorado del coronel Juan E. Escurra enfrentó una guerra civil propiciada por las facciones de los cívicos y los radicales del Partido Liberal con el apoyo del sector egusquicista del Partido Colorado.
El joven Silvio, con 17 años de edad, se unió a las fuerzas revolucionarias, a pesar de su condición de menor de edad. Participó del combate en Parirí y sobre el río Confuso. Dichos combates se libraron a comienzos del mes de noviembre de 1904. Días después le tocó a una unidad comandada por Pettirossi proteger la posición de Burro Ycuá en el camino entre Limpio y Luque. El mayor número de las tropas gubernistas arrasaron con las fuerzas rebeldes. Sólo sobrevivieron Silvio y dos compañeros más.