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Su clima era y es característicamente alpino: frío, con lluvias y nevadas estacionales. Las poblaciones austriacas más importantes y cercanas a Braunau-am-Inn son Linz, capital del estado de Alta Austria (uno de los nueve que componen la república federal de Austria) y Salzburgo, capital del estado homónimo (Salzburgo).
Pero la ciudad más grande y más próxima a Braunau- am-Inn no es austríaca, Es alemana: Múnich, en Baviera, situada al oeste de Alta Austria, y en donde Adolf Hitler residiría largo tiempo y en donde inició su carrera política. Adolf fue uno de los hijos de Alois Hitler (1837–1903) y de Clara Pöltz (1860–1907). Su padre se distinguió como funcionario de aduanas, profesión a la que quiso que se dedicara Adolf. La madre fue un ama de casa con la que Alois había contraído segundas (o terceras) nupcias.
Las noticias sobre la influencia de Alois y de Clara sobre la persona de su hijo son escasas, así que es probable que fuera muy poca, esa influencia. Alois fue un padre autoritario y posiblemente violento, con el que Adolf nunca se llevó bien.
Su muerte en 1903 fue empero muy sentida por el futuro presidente del Reich alemán, quien en su libro autobiográfico titulado “Mein Kampf” (“Mi Lucha”), escrito en 1924, mientras purgaba una condena de cinco años de cárcel por intentar perpetrar un golpe de Estado justamente en Múnich, se refiere a Alois de manera respetuosa e incluso levemente afectuosa.
Pero señala su autor de manera insistente que jamás tuvo la menor intención de dedicarse a la profesión de funcionario de aduanas, cosa que debió pretender su progenitor con cierto ahínco. Cabe la posibilidad entonces de que ese desacuerdo de índole profesional entre padre e hijo fuera símbolo o manifestación de un desacuerdo más profundo de carácter íntimo. Hay abundantes referencias de Adolf en “Mein Kampf” a su condición social y económica “pequeño burguesa”, como él mismo la define, utilizando un término característico del marxismo, su gran enemigo político e ideológico.