Bethania Joaquinho se abre paso en Alemania

Bethania Joaquinho es una bailarina profesional y coreógrafa paraguaya que reside en Stuttgart, Alemania. En un corto tiempo ya se hizo parte de un centro de entrenamiento, dio clases, ganó una beca y fue seleccionada para un festival con su obra “Lost and found”, con música de Mangoré.

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La artista es miembro del Produktionszentrum Tanz und Performance de Stuttgart, centro de entrenamiento y producción para profesionales de las artes escénicas, desde febrero del año pasado. Allí ensayó su obra “Tal vez pueda aprender a quererte” con la que fue elegida para el festival “Abril en Danza”, de Alicante, España, donde obtuvo una beca para la Universidad de Artes Escénicas Anton Bruckner, en Linz, Austria.

En noviembre fue invitada para el Modern Dance Open Stage del Tanz und Theater Werkstatt de Ludwigsburg, Alemania, donde imparte clases de danza contemporánea. Ese mes fue invitada a bailar en la gala anual de la Fundación Giovanni Elber, a beneficio de los niños en situación de calle. Allí presentó su nuevo unipersonal “Lost and found”, con elementos folclóricos y música de Agustín Barrios. Con esa obra fue invitada al festival “Raw & Polished”, que será en febrero de este año en Nuremberg, entre otros logros.

Aunque reside en Alemania desde 2018, la bailarina explicó que desde 2015 inició “un camino de idas y vueltas” pasando unos meses allá y otros aquí. “En ese proceso lo primero que sentí fue que debía encajar, adaptarme, aprender las costumbres alemanas y comportarme como ellos. Tiempo después me dí cuenta que estaba perdiendo cosas propias mías, sentía que me estaba anulando como persona con tal de ser aceptada. Me sentía perdida, no sabía si debía cambiar para adaptarme, o intentar encajar siendo yo misma. En ese conflicto fui dándome cuenta que debía encontrar un punto medio y un equilibrio entre mi proceso de adaptación, sin perder mi esencia cultural y dejar bien claro que no soy europea, soy una paraguaya viviendo en Alemania”, contó, siendo esto el puntapié para “Lost and found”.

Sobre esa obra, recordó que el día del estreno sintió “un cúmulo enorme de emociones” pero, por sobre todo, “más que nunca una responsabilidad enorme de subir al escenario con una creación mía sobre la icónica obra de Mangoré “La Catedral”. La respuesta del público, contó, fue gratificante y, además ella se sintió “acompañada y abrazada por Paraguay” en todo momento, gracias a los mensajes que recibió.

Evaluando su experiencia en el país germano, manifestó que allá “hay muchos espacios de desarrollo para la danza contemporánea, con entrenamiento y presentaciones constantes, y de precios muy accesibles”. Eso da la posibilidad “de asistir a una diversa cantidad de presentaciones y conocer y practicar variadas propuestas técnicas en las clases”. Pensando en las cosas que aquí serían ideales de implementar, dijo que son muchas, pero lo “principal” y “urgente” es que faltan centros de entrenamiento profesional.

El hecho de estar allá confirió a la artista “una visión real de lo que es trabajar y vivir profesionalmente de la danza”. “Todos sabemos de las grandes compañías del mundo, pero hay que saber que fuera de ellas también hay conflictos. Aquí también se cierran compañías, también hay excelentes bailarines desempleados, el apoyo financiero no siempre está presente, entre otras cosas. Por sobre todo te saca de la nebulosa en la que uno crece creyendo que fuera de Paraguay todo es perfecto, para nada. Es igual o inclusive peor, porque el mercado sigue siendo limitado, pero aquí el número de artistas que están en búsqueda de un puesto o proyecto es muchísimo mayor, la ‘competencia’ es enorme, por decirlo de alguna manera. Y por otro lado por supuesto que te da la oportunidad de expandir la mirada y tomar clases con maestros de renombre y asistir a producciones de primer nivel”, reflexionó.

No obstante, Joaquinho instó a quienes quieran dedicarse de lleno a la danza a que no se desanimen. “Les recomendaría que dejen de buscar sus ideales o midiendo sus cualidades con lo que ven en las redes sociales, y trabajen mucho más con sus propias condiciones. Que respeten a sus maestros y se mantengan abiertos a recibir correcciones y críticas. No les voy a mentir, el camino no es fácil y en la mayoría de las ocasiones recibirán más razones para dejar que para seguir. Que respeten su proceso de formación y que trabajen con paciencia, todo llega a su debido tiempo y si el trabajo está bien hecho no será en vano”, finalizó.

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