Belleza e intensidad

La húngara Melitta Marcali Kiss (52) es artista plástica y docente de arte. Reside en nuestro país desde hace 10 años. Ama esta tierra y aquí encuentra lo principal para crear: colores generosos, naturaleza, trasparencia, luz. Conozcamos a la artista.

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Melitta nació en una hermosa ciudad llamada Keszthely (Hungría), a orillas del lago Balaton. Su padre, Józef Marcali Kiss, artista, fue su maestro; de él heredó la pasión y la disciplina. A los 7 años, hizo su primer linograbado; luego vendrían los estudios regulares y superiores. Se recibió en la Universidad de Budapest como profesora de arte especializada en dibujo. Hizo un posgrado en dibujo en Szeged. Sobre ella se escribió: “Su temperamento es meditativo; no solo la belleza visual la impresiona, sino que además atiende a su voz interna”. Desde 1993, Melitta expone individual y colectivamente en Europa y Latinoamérica. Ejerció la docencia con satisfacción tanto en Budapest como en Areguá. “Me encanta enseñar. Tengo alumnos de entre 6 y 91 años. En el Paraguay hay mucho talento; mis alumnos crean obras bien diferentes, muy personales. Mi tarea es ayudarlos a encontrar su camino, su alma en el arte”. En 2018, Melitta y sus alumnos expusieron en Paseo de la Cultura (Congreso Nacional) y en el Centro Cultural Paraguayo Japonés. “Ahora estamos organizando una nueva exposición en San Bernardino”, cuenta entusiasmada. La artista enseña técnicas para gráfica y pintura en acuarela, acrílico, óleo, técnicas mixtas, dibujo, batik, pastel, cerámica, linograbado, sumi-e, etc. en todos los estilos, desde realismo hasta abstracto.

Naturaleza inspiradora

“Llegamos a Paraguay hace 10 años con mi marido, Zoltán Szira, que es masajista terapéutico, y nos enamoramos de este país. Tanto que, viendo lo difícil que es vivir en Europa, decidimos quedarnos. Compramos una casa en Areguá en el año 2012. Paraguay puede llegar a ser una isla de paz en Latinoamérica y el mundo”, dice convencida.

–Como muchos artistas, elegiste Areguá

–Sí, con mi marido (estamos juntos hace 25 años, tenemos 2 hijas hermosas). Nos encanta, es una ciudad maravillosa, y está cerca de Asunción. Nuestro hogar es el paraíso. Vivimos prácticamente en medio de un jardín botánico, amamos la naturaleza y la resguardamos. ¡En este lugar tenemos tantos pájaros y animales exóticos!, además de 8 perros.

–¿Hacés tus talleres ahí mismo?

–Hago talleres en Areguá, Asunción y en Ypacaraí (en el colegio Ignacio A. Pane).

–¿Qué se considera fundamental en el artista plástico?

–La creatividad es importante. Pero saber dibujar y pintar perfectamente es la base del artista plástico.

–¿Cuál es la técnica, el estilo que te define?

–Siempre pude sentir que soy acuarelista. Pinto con mucha agua, las figuras de desnudos o caballos son transparentes. Mi estilo es simbolista expresionista. Plasmo mis ideas después de meditarlas; unas veces, en forma figurativa; otras, semiabstracto o abstracto total.

–¿Transmitís la cultura húngara a través del arte?

–Sí, en el 2018, con Lucy Yegros hicimos una exposición en el City Bank, donde yo mostré sobre telas grandes –una instalación– los símbolos húngaros antiguos en estilo acuarela. Con Lucy quisimos presentar una similitud entre símbolos húngaros y paraguayos, y que, a pesar de la distancia entre nuestros países, somos iguales.

–¿Sos sociable, compartís ideas, experiencias con otros artistas?

–Crecí en un ambiente de compartir. En Hungría, Bulgaria y otros países durante el verano se realizan simposios de arte; ahí los artistas conviven por una o dos semanas; se reúnen, conversan, intercambian ideas y hasta pintan juntos.

–¿Qué estás pintando en tu mente para el futuro?

–Poder terminar nuestra Casa de Arte en Areguá: una asociación cultural húngara donde dar talleres de artes visuales, exposiciones, bailes típicos, danza, música (por ej., Bartók Bela, Kodály Zoltán), música en vivo, cursos de idiomas, gastronomía (¿todavía hay gente que no conoce el gulyás?), cine, biblioteca…

–¿Qué cambió en vos estando en Paraguay?

–Cambió mi mentalidad. Encontré mi camino en la vida, más fuerza, intensidad. Estoy inspirada todo el tiempo. Los colores son increíbles siempre: verdes, azules, naranjas…, y eso se puede apreciar en mis obras. A mis amigos artistas de Hungría les gusta mucho cómo cambié. Soy más feliz y más abierta que antes.

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