Un gran arco de ladrillo con el nombre “Pelopincho” da la bienvenida al barrio, pero para muchos asuncenos supone un umbral que está prohibido cruzar, ante el miedo a ser víctimas de asaltos. La puerta conduce al corazón del barrio: una cancha que sirve como patio de juegos para los niños de la zona, situada junto a un comedor donde reciben alimentos y son atendidos en consultas médicas.
Este fue el escenario elegido por el colectivo de artistas urbanos Boa Mistura para trabajar con la comunidad en una obra que les implicara a todos y reflejara el alma del barrio.
Dos semanas después, la frase “Oñondivepa ñande pu’aka” cubre a todo color las paredes de la cancha y de las casas aledañas, para orgullo de los vecinos, muchos de ellos niños y jóvenes, que repasan con brochas y rodillos la pintura de los enormes murales.
“Este proyecto nos vino como anillo al dedo, porque justamente lo que los vecinos queremos es cambiar la imagen y despertar la solidaridad que caracterizó al barrio, que tiene una historia rica en luchas sociales”, declaró a Efe el presidente de la comisión vecinal de Pelopincho, Marcelo Puente.
El colectivo de artistas españoles Boa Mistura busca revalorizar espacios públicos degradados e inspirar a las personas que los habitan a través de la pintura y el arte urbano.
En Paraguay el proyecto fue apoyado por el Centro Cultural de España Juan de Salazar, en el marco del III encuentro de cultura urbana “Dislocaciones”.