Bailar para poder seguir bailando

Este lunes 5 se realizará la gala benéfica “Todos por el Ballet”, en el Teatro Municipal (Pdte. Franco e/ Chile y Alberdi), a las 20:30.

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Academias y elencos de danza bailarán en apoyo al Ballet Clásico y Moderno Municipal (BCMM). Entradas, a G. 45.000.

“Todos por el Ballet” nació de una necesidad específica: mejorar nuestra salud física y aumentar nuestros años de vida útil en esta profesión”, contó Sonia Soto del BCMM, también nutricionista y docente. Señaló que “en los últimos años, varias lesiones y enfermedades en los compañeros hicieron que algunos dejasen de bailar y para que un bailarín esté sobre el escenario necesita no solo ensayos y purpurina, sino buen entrenamiento, fisioterapia y rehabilitación desde las lesiones más pequeñas para que no se vuelvan graves”. Ello “es muy costoso, porque no existe en el país un ente al que los bailarines podamos aportar en forma independiente (como IPS para otros rubros), y para nosotros no es una simple carencia, pues la falta de salud afecta nuestro cuerpo”, material de trabajo.

Soto explicó que la Municipalidad de Asunción y la Asociación de Amigos del Ballet “dan todo el apoyo económico que está a su alcance, pero como los presupuestos para cultura siempre son los más sacrificados a nivel país, tenemos que agradecer hoy en día que somos una compañía de ballet que subsiste a las adversidades económicas”. El BCMM “va creciendo en número de bailarines, lo que permite hacer producciones de mayor nivel y dar más cabida a los bailarines jóvenes, pero esto también incrementa los costos”, indicó. “La necesidad en cuanto a salud es algo que vemos a nivel nacional, por eso diariamente tantas personas organizan rifas o piden donaciones en los medios masivos de comunicación”.

La bailarina reflexionó que si pidieran un presupuesto más alto en cultura y la municipalidad lo concediera, “habría personas en redes sociales oponiéndose a esto, y dirían que ese dinero podría destinarse a limpieza, asfalto, tapar baches y otras necesidades más visibles e imperiosas en la comuna”, por eso apelan a conseguir fondos desde otro sector.

Es fundamental para las compañías recibir apoyo económico, pues si “la crisis emocional en los artistas es uno de los mejores estímulos para grandes obras de arte, no pasa lo mismo con la crisis económica. Sin un buen presupuesto uno no puede pagar costos de producción, de manutención de una compañía profesional, y otros gastos. Si queremos tener espectáculos de primer nivel necesitamos contratar servicios y profesionales de primer nivel, y eso tiene un costo elevado. En Paraguay muchos coreógrafos regalan sus coreografías, muchos bailarines trabajan gratis y mucha publicidad se hace gracias al apoyo desinteresado de los medios, pero no es lo que debería ser, cada uno debería recibir lo que cuesta su preparación, su tiempo y su trabajo”.

En comparación con otros países, señaló que existen otros medios de recaudación “como el patrocinio de empresas privadas, mecenazgo, el padrinazgo cultural y también funciones de gala donde participan celebridades”. Todo esto “permite a las grandes compañías de ballet del mundo seguir en pie y a sus bailarines vivir con ingresos que permitan que la danza profesional sea su medio de vida”. En el caso de Amigos del Ballet, uno puede asociarse con una cuota anual de G. 300.000. “Una suma pequeña porque con eso no se paga ni un par de zapatillas de punta, pero de todas formas es algo que la gente está dispuesta a pagar”, agregó.

Acerca de lo fundamental de que como sociedad entendamos la importancia del arte y la cultura, Soto evaluó que aquí “se confunde el concepto de arte con entretenimiento. En el Ballet hacen “obras que enfocan situaciones sociales, emocionales y culturales muy sensibles. Después de ver nuestras obras las personas no nos dicen a los bailarines “qué lindo estuvo”, sino que suelen decir que fue muy fuerte, que les llegó al corazón, o que les recuerda a algo vivido o a un ser querido. Eso nos deja una constancia de que el ballet no solo es entretenimiento, sino que es arte y cala muy hondo en el espectador; puede darle conocimientos, reflexión, interés en cosas nuevas e incluso incrementar nuestro sentimiento patriótico”.

Agregó que “también el arte es difícil de apreciar y entender si no se lo conoce, y el conocimiento en el ser humano se adquiere más fácilmente con la experiencia”. Destacó que hace falta “una política pública encaminada a los niños y jóvenes, como en otros países, donde hay descuentos en entradas, funciones especiales para estudiantes, matinés pedagógicos”, así, “los niños crecen yendo al teatro a ver ballet o presenciar un concierto clásico, y se convierten en adultos que necesitan de la magia del teatro, un hermoso hábito, así como leer un libro o ver TV, que si lo adquirimos de pequeños lo buscamos en la vida adulta”, concluyó.

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