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El cantante se encontraba retirado de la escena musical, con serias complicaciones luego de un accidente cerebro vascular sufrido hace cuatro años. Pero llegó a hacer una última presentación, el 23 de abril pasado, en el Teatro Municipal, junto con Los Cumbreños.
Ovelar representaba el alma de Los Cumbreños, el conjunto que dirigió desde fines de los años setenta y por el cual pasaron varios cantantes. No era ningún novato en ese entonces. Ya llevaba más de diez años de carrera luego de haber integrado varias agrupaciones. Llegó a formar parte de Los Troveros de América en sus últimos tiempos, cuando la agrupación se convirtió en cuarteto con su incorporación. Y con Ulises Ayala, eterno Trovero, iba a formar un nuevo conjunto al que decidieron llamar Los Cumbreños. Finalmente, Ayala no llegó a formar parte del conjunto, pero Ovelar continuó con Carlos Godoy, Nonino Barboza y Julio Ovelar.
Desde ese entonces, el grupo se hizo firme en el ambiente folklórico, y muchos fueron los cantantes que pasaron por el conjunto, entre ellos Jackson Manosalva y Emi Aiub, que unos años antes había tocado la guitarra eléctrica en Los Hobbies y desarrolló su vena folklórica con Los Cumbreños. Más de treinta años transitó el conjunto por los escenarios de todo el país, editando unos 35 discos.
Antonio Ovelar nació el 22 de marzo de 1947. Inició su carrera musical con Los Rutilantes, en 1966. Luego siguieron agrupaciones como Cuatro para el Mundo (con el cual actuó en el Festival Folklórico de Salta), el Trío Asunción, Los Guaireños (bajo la dirección de Rubito Medina) y Los Troveros de América.
Antonio Ovelar también compuso varias canciones, entre ellas “Manantial de vida”, “Che mandu’ávo Loma Clavel-pe” (compartida con Antonio Escobar), “Una tarde más sin ti” (con Domingo Germán), “Soy la serenata” y “Con la misma ilusión” (ambas con Rubén Enciso) y “Soltéronte che aikose” (con Sadal Yambay).
Ha dirigido también el coro de la Cooperativa Universitaria.
El cantante falleció ayer, cerca de las 10:00, en el Hospital del Corazón, debido a varias complicaciones de un derrame cerebral padecido hace algunos años. Ya no podía caminar, movilizándose en silla de ruedas.
Sus restos son velados en el salón Memorial (Mcal. López c/ Dr. Bernardino Caballero), desde ayer a la tarde. Músicos de diferentes generaciones acudieron a despedir al colega.
A las 15:00 partirá hoy el cortejo fúnebre que se dirigirá al Jardín de la Paz, de Lambaré.