Al rescate de los libros antiguos

Las colecciones de Juan Silvano Godoy, Eduardo Victor Haedo, Enrique Solano López son algunas de las que conforman el fondo antiguo de la Biblioteca Nacional, que recientemente estableció una sala para la conservación y restauración de estos materiales. El objetivo es crear luego un laboratorio de restauración.

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En el marco de este proyecto, la especialista argentina Susana Brandariz, responsable del laboratorio y fondo antiguo de la Compañía de Jesús en la Argentina, llegó a nuestro país para dictar un taller de restauración de papel.

“No pretendemos formar grandes restauradores en tan poco tiempo, pero sí enseñarles a estabilizar el material para que este se preserve en el tiempo”, expresó.

Destacó que con esta visita pudo ver el clima, el espacio físico donde están las colecciones, y sobre esto realizar un análisis de las necesidades.

Agregó que este es “el momento óptimo” para empezar a trabajar en la conservación de estos libros, que datan de finales del siglo XIX.

Destacó que el ambiente es el principal enemigo de los libros y documentos, ya que la humedad no solo perjudica el material orgánico, sino que favorece la proliferación de hongos e insectos.

Basándose en su experiencia con el laboratorio “Nicolás Yapuguay”, en el cual reunieron ejemplares desde el siglo XVI al siglo XIX, instó a los locales a ponerse metas de corto plazo para no frustrarse.

Agregó que la institución también cuenta con mucha infraestructura que se puede reaprovechar.

Rubén Capdevila, director de la Biblioteca Nacional, señaló por su parte que con una inversión aproximada de 60 millones de guaraníes, este año conformaron la sala de conservación, para hacer intervenciones a los materiales.

Agregó que con ayuda de Brandariz también están estableciendo las especificaciones de elementos necesarios a fin de que el próximo año se pueda crear el laboratorio de restauración.

Dijo además que reunieron a todas las colecciones del fondo antiguo en un mismo espacio.

Recordó que sumado al paso del tiempo, el deterioro de los materiales se debe a que por muchos años el local de la biblioteca no estuvo adecuado para la conservación. “En este momento tenemos mejores condiciones y hay un presupuesto más pensado en la conservación del patrimonio”, añadió.

En este sentido, dijo además que buscarán aprovechar algunos elementos que quedaron de un proyecto de restauración anterior

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