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Eran cerca de las 21:30 cuando, casi por sorpresa, Abel se hizo presente en el escenario del teatro para dar inicio a su última presentación del año, enmarcada en la gira “La familia festeja fuerte”.
Solo, con su guitarra a cuestas, se encontró cara a cara con la platea baja del teatro completamente colmada. La emotiva “Cómo te extraño” sirvió para romper el hielo, mientras sus músicos iban entrando a escena a medida que la canción avanzaba.
Al son del “Pájaro cantor” comenzó a tomar vuelo en escena, ya que Abel interpreta las canciones no solo con su voz, sino con todo su cuerpo. También se lo puede ver por momentos, entre estrofa y estrofa, recitando en silencio una plegaria.
Durante más de dos horas, su espigada figura recorrió casi todos los rincones del escenario, desplegando su potente caudal vocal en baladas como “Oncemil” y “El adivino”, para luego dar paso a una versión casi susurrada de “Mariposa”, solamente acompañada por la guitarra de su hermano, Ariel Pintos.
“Tanto amor” también llegó solo con guitarra, esta vez ejecutada por Marcelo Predacino, para luego retroceder en el tiempo y remontarse a su triunfo en el Festival de Viña del Mar 2004, con “Bailando con tu sombra (Alelí)”.
Muy emocionado, agradeció la compañía del público paraguayo a través de las redes sociales y también en varias de sus presentaciones en Argentina. “En muchos festivales y sobre todo en muchos de los conciertos más simbólicos para mí, de los que significan más emocionalmente, siempre hay una bandera ahí de Paraguay haciéndome saber que aquí también me esperan”, dijo.
Para “Aquí te espero”, el público se sumó a la iniciativa del club de fans desplegando un papel con la frase “Siempre aquí te espero”. La balada “Ya estuve aquí” llegó más adelante en el repertorio, seguida de la intensamente coreada “No me olvides”.
A lo largo del concierto, el público respondió con sus aplausos y no faltaron las frases invitándolo a quedarse en nuestro país.
Acompañado por dos guitarristas, un tecladista, un bajista, un baterista, un saxofonista y un trompetista, Pintos siguió su viaje con “Tiempo”, para luego dar paso a “Sueño dorado”, su primera composición.
A ritmo de zamba y chacarera, recordó sus inicios en la música folclórica con “El beso” y “Quisiera”, para luego interpretar “Asuntos pendientes”.
Con una introducción sinfónica, también se hizo presente “El mar”, seguida por “Motivos”, donde el público iluminó la platea con los flashes de sus celulares.
Subiendo la energía del show, la gente se levantó de sus asientos con “De solo vivir”, “Tu voz”, “Cuantas veces” y “Crónica”, mientras Pintos con sus particulares pasos de baile encendía el entusiasmo de la gente.
Tras recibir la sorpresiva visita en escena de unos niños, mientras interpretaba “Juntos”, llegó el último tramo del concierto con la potente “Revolución” y la bachata “Aventura”.
Tras un cambio de vestuario, Pintos regresó para el bis que incluyó coreados éxitos como “Sin principio ni final” y “La llave”. Tras su “bendición” llegó el “A-Dios”, con una platea llena de banderas paraguayas.
Abel Pintos demostró que puede transitar libremente por varios géneros musicales, además de conquistar al público con su presencia, su voz y gran carisma.
malonso@abc.com.py