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El músico contó a ABC Color que recibió la invitación por mail y al comienzo pensó “esto no es para mí”. Pero la propuesta le pareció interesante y decidió inscribirse, se animó y viajó.
Para el concurso, el compatriota presentó las obras “La libélula”, de Pujol, en una primera ronda, y “Sueño en la floresta”, de Agustín Barrios. Al clasificar, para la segunda ronda y final hizo “El tango”, de Pujol, y la Sonata Heroica, de Mauro Giuliani. Así, llegó al podio de los tres mejores junto a participantes de Chile y Serbia.
El músico expresó que cuando escuchó a los demás guitarristas estuvo “por dar un paso al costado”, pero que no se iba a retirar del concurso “sin siquiera intentarlo”.
La exigencia, señaló, “no es la misma que la de un concierto” donde se toca para el público que va a disfrutar del arte. Aquí “tenés jueces que te están evaluando cómo tocás”, dijo. “La presión no es la misma, pero considero que es una experiencia que un músico debe pasar porque a mayor exigencia uno saca lo mejor de sí mismo. Llegar al tercer puesto me entusiasmó mucho dado la enorme exigencia del certamen y también siendo que fue mi primera experiencia en este tipo de eventos”, resaltó.
Acosta Giangreco comentó que las actividades “estuvieron relacionadas a la figura del compositor catalán Emilii Pujol, reconocido mundialmente por crear el método “Escuela Razonada de la Guitarra”. Dicho método “contempla varios aspectos, como la posición del guitarrista, el sonido, la técnica pero también la cuestión filosófica del guitarrista ante la guitarra y la música, etc. En el simposio “Emili Pujol” trabajamos la guitarra desde la mirada pujoliana, la parte corporal, la filosofía del guitarrista ante la música y el instrumento, y finalmente trabajamos sus obras con reconocidos maestros especializados en su obra”, señaló Javier sobre estas actividades que se desarrollaron en paralelo al concurso, en los pueblos de Granadella y Torrebesas.
El guitarrista observó además que “muy pocos músicos en Paraguay se animan a exponerse a estos certámenes internacionales”. Según él, nuestro país “está muy desconectado de la movida guitarrística europea. Por cuestiones económicas y falta de apoyo en general para nosotros es muy costoso ir hasta allá a tocar”.
Planteó que en nuestro país tampoco existen espacios donde “los grandes maestros puedan venir hasta aquí y crear vínculos con los guitarristas nacionales”. Agregó que “Paraguay tiene mucho para ofrecer, tenemos grandes intérpretes y la figura de Barrios es reconocida en todo el mundo y eso no se está aprovechando hoy. Todos quieren saber más de Barrios y de su exótico país, pero no se organiza nada, por ende no podemos tener contacto con estos maestros internacionales”, lamentó.
Esta clase de concursos, no obstante, no es algo que Javier considera “esencial” pero sí destaca que “es una manera de vincularte al medio artístico, de que te conozcan, te vean y hagas muchos contactos que pueden ayudarte a crecer muy rápido”.
“Son espacios de altísima exposición, que si lo hacés bien te dan un gran impulso, y viceversa, si no estás preparado estás expuesto a críticas duras. La competencia en el arte es un tema delicado, es muy difícil medir quién es mejor que el otro, pero lo que no podés hacer es irte sin preparación. No considero esencial pero si recomiendo hacerlo”, consideró.
Gracias a esta nueva experiencia vivida, Acosta quiere transmitir a los demás músicos “que los paraguayos sí podemos”. “Es cierto que no tenemos conservatorios del nivel de París o Nueva York, sin embargo lo que importa es estudiar mucho, con disciplina y conciencia, porque tocar por tocar repitiendo sin entender lo que uno está haciendo tampoco ayuda”, pensó.Asimismo, citó una frase que le “encanta”, que viene de los Jesuitas: “es la constante “reflexión en la acción”.
Un artista debe reflexionar mucho y ser curioso, siempre buscar nuevas alternativas. Y por supuesto animarse a los grandes desafíos y no quedarse en la zona de confort”, concluyó.