Los chaqueños opinaron sobre el proyecto que presentó la semana pasada la Comisión Nacional de Regulación de la Cuenca del Río Pilcomayo (CNRP), dependiente del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), para la construcción de una represa en el Chaco, en la zona de Agropil (Boquerón). El objetivo es conducir agua limpia (sin sedimentos) del río Pilcomayo hacia el territorio nacional.
El plan se está trabajando con el sector privado, y la represa funcionará de manera similar a la que ya existe en Argentina, en el Bañado La Estrella, el segundo humedal más grande de este país. En el caso de Paraguay, se busca retener los sedimentos en la zona de Agropil mediante un embalse, acumular agua y prever obras de infraestructura (canales o alcantarillado) para su regulación.
De acuerdo con el proyecto, desde la represa se llevará a cabo la conducción y distribución de agua libre de sólidos o sedimentos, utilizando los cauces existentes. Además, se prevén obras de infraestructura con compuertas en la zona de Fortín Gral. Díaz para distribuir el agua hacia los bañados norte y sur, así como entre los ríos Montelindo y Negro, e incluso en los riachos Genes y Confuso.
La ejecución del proyecto se realizará mediante una Alianza Público-Privada (APP) con los productores de la zona, según indicó Darío Medina, director de la CNRP, quien admitió que los trabajos de canalización del río son cada vez más costosos para el MOPC y que ya no son sostenibles económica, social ni medioambientalmente (la última contratación tuvo un costo de G. 75.000 millones, con aumentos).

La postura de los pobladores
Ramón Orrego, de Tuscal, Pelícano Sur, mencionó que se trataría de “otra tirada de plata a la basura”. Destacó que la represa se llenaría rápidamente de sedimentos debido a la gran cantidad de material sólido que arrastra el río. La represa prevista con sus canales de distribución de agua sin sedimento.
“Tal vez dure tres años, y después ese lugar se llenará de sedimento. Es un proyecto viejo que ya se rechazó varias veces. A los cuatro o cinco años va a causar un perjuicio enorme a los ganaderos del Norte del Pilcomayo. El río va a salir de La Pava, más arriba, y caerá en Cañada de los Monos”, advirtió.
Insistió en que el plan no sería factible, y reiteró que, como máximo, aguantaría tres años. “Es mucha la plata que están por derrochar ahí”, enfatizó.
Por su parte, Alberto Jaimes, de Pozo Hondo, señaló que si la represa se construye correctamente, podría funcionar, pero tiene dudas sobre cuántas hectáreas se necesitarán para almacenar o depositar todo el sedimento que arrastra el Pilcomayo.
Lea más: Comunidades aisladas por desborde del Pilcomayo lamentan la falta de apoyo
“Si se hace como debe ser, perfecto. Pero, ¿dónde van a guardar toda la cantidad de sedimentos? Hay que tener en cuenta que en el Bañado La Estrella el agua llega con pocos sedimentos. Sería espectacular, si realmente se hace como tiene que ser, sin problemas”, manifestó.
Asimismo destacó que la captación de agua debe mejorarse en la embocadura, para que Paraguay pueda aprovechar mejor el agua del Pilcomayo.

¿Una cortina de humo?
Finalmente, Silvia Torres, de General Díaz, dijo que el anuncio de la CNRP, en medio de la crisis causada por las crecidas, sería una “cortina de humo”. Lamentó que ni siquiera puedan reparar los caminos, por lo que duda de que puedan concretar la construcción de la represa.
“No creo que lleguen a hacer el proyecto. Después de 13 años vino otra vez esta inundación a causa de las lluvias y la crecida del río. ¿Y qué hicieron en 13 años? Ni siquiera pudieron mejorar la ruta, mucho menos el canal del Pilcomayo, que está peor cada día”, se quejó.
Según la CNRP, el próximo año podría llevarse a cabo la licitación y el inicio de la construcción de la represa, que representaría una solución de largo plazo para el río Pilcomayo, cuya situación se volverá cada vez más complicada si no se maneja adecuadamente el sedimento.

El Pilcomayo es un río que transporta grandes cantidades de sedimentos. Se calcula que arrastra entre 120 y 150 millones de toneladas de sedimentos por año, distribuidos entre Argentina y Paraguay. Actualmente, Argentina recibe el 70% del agua, mientras que Paraguay, apenas el 30%. Esto significa que al menos 50 millones de toneladas de sedimentos se desplazan sobre el canal paraguayo, hecho que causa acumulaciones en varios puntos e incrementalos costos de su remoción durante cada riada.