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Los trabajos de cosecha de soja continúan en diferentes zonas productivas del país, aunque también persiste la incertidumbre debido a la falta de lluvias generalizadas para las parcelas restantes o que están finalizando su etapa de desarrollo. De acuerdo con el reporte de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), la caída reciente de aguaceros y lluvias más prolongadas fue “muy localizada”, por lo que no alcanzó a cubrir todas las zonas productivas.
“Mientras tanto, continúan los trabajos de cosecha en las primeras parcelas sembradas, que muestran rendimientos disparejos según la zona, la variedad, la temporada de siembra y las afectaciones de la sequía y el calor”, explicó.
Mencionó que si bien es aún es pronto para consolidar un promedio sobre los resultados obtenidos, debido a que son muy variados, se estima que esta primera tanda de cosecha de soja se registró una menor afectación, con volúmenes moderadamente buenos. No obstante, los rendimientos irían decreciendo conforme avance la cosecha.
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“De continuar los días sin niveles suficientes de humedad, las parcelas restantes (sembradas entre finales de septiembre y mediados de octubre) presentarán mayor merma en el rendimiento”, añadió.
Remarcó que pese al esfuerzo de los productores para optimizar los procesos, se requiere de mejores condiciones climáticas para los cultivos con oportunidad de recuperarse.
Déficit hídrico
Según un monitoreo de humedad reciente del Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio), a raíz de las condiciones climáticas adversas de enero, unas 8.882.145 hectáreas de área cultivable presentaron déficit hídrico, que representa el 84% del total de las unidades de suelo aptas para cultivos.
Para febrero, las actualizaciones de los modelos climáticos indican una alta probabilidad de déficit de precipitaciones en gran parte del territorio nacional. De acuerdo con el Inbio, esta situación impactaría directamente en la fase crítica de llenado de granos de los cultivos de soja de siembra más tardía, lo que podría resultar también en una disminución importante de los rendimientos proyectados.
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Además, las condiciones de humedad de suelo en los perfiles podrían representar un riesgo para la siembra de zafriña (ciclo secundario) en la Región Oriental, especialmente en áreas con suelos de textura predominantemente arenosa.