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Durante el periodo del actual Gobierno, los ingresos tributarios mostraron una marcada volatilidad, conforme a los datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
En septiembre de 2023, superaban los G. 3 billones, con oscilaciones mensuales que evidencian cierta estacionalidad en la captación de recursos. Se observa un crecimiento en mayo de 2024, cuando los ingresos tributarios alcanzaron un pico superior a los G. 4 billones, seguido por una contracción en junio, lo que sugiere un impacto de factores económicos internos y externos en la capacidad de recaudación del fisco.
El importante incremento mencionado está vinculado a factores como la liquidación de impuestos de grandes contribuyentes, el vencimiento de plazos fiscales y una mejora en la gestión tributaria.
En la segunda mitad del año, la tendencia continuó con fluctuaciones, que podría estar relacionadas con la desaceleración del consumo interno, el impacto de la inflación en la capacidad de compra y una posible ralentización de sectores clave como la construcción y la industria manufacturera.
El desempeño del comercio exterior, particularmente de las exportaciones de productos primarios como la soja y la carne, también influye en la dinámica de ingresos fiscales, especialmente a través del IVA y el impuesto a la renta.
En contraste con la volatilidad de los ingresos tributarios, el gasto en remuneraciones a empleados públicos se mantuvo relativamente estable. Se ubicó en torno a los G. 1,5 a G. 2 billones, con leves incrementos en algunos meses, lo que sugiere ajustes salariales o el ingreso de nuevos funcionarios a la nómina estatal.
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No obstante, la dinámica ha sido relativamente estable asociada a una política de contención del gasto corriente. Esto es relevante para buscar la sostenibilidad fiscal dado que el gasto en salarios representa una parte significativa del presupuesto público y su financiamiento depende en gran medida de la recaudación tributaria.
Perspectivas y desafíos para Paraguay
La relación entre ingresos tributarios y remuneraciones a los empleados plantea varias implicancias para la política fiscal. En primer lugar, la volatilidad en la recaudación indica la necesidad de seguir fortaleciendo la base impositiva y mejorar la eficiencia del sistema tributario para reducir la dependencia de ciclos de alta y baja recaudación.
Asimismo, el equilibrio entre ingresos y gastos es clave para evitar déficits fiscales. Si los ingresos no logran cubrir los gastos recurrentes, el gobierno se ve obligado a recurrir a endeudamiento o ajustes en otras áreas como inversión en infraestructura o programas sociales.
Un desafío importante está vinculado a la sostenibilidad del gasto en salarios públicos. Si bien la estabilidad en este rubro resulta positiva para evitar incrementos descontrolados, también es fundamental evaluar la calidad del gasto y su impacto en la eficiencia del Estado. Reformas en la Administración Pública podrían contribuir a una mejor asignación de recursos, evitando aumentos innecesarios en la planilla salarial y garantizando que el gasto sea sostenible en el largo plazo.
Por otro lado, la necesidad de mantener la confianza de los mercados y organismos financieros internacionales implica que el Gobierno debe demostrar responsabilidad fiscal. Esto es especialmente relevante en un contexto donde el acceso al crédito externo está sujeto a la percepción de riesgo país y la estabilidad de las finanzas públicas.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.