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El titular del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Carlos Giménez, analizó la dinámica del sector productivo y resaltó que si bien Paraguay tiene una agricultura muy competitiva, con un sector agroexportador generando 3 de cada 4 dólares que ingresan al país, aún se deben redoblar esfuerzos en la asistencia a la agricultura familiar campesina, que es la “más vulnerable”.
“Sabemos de nuestras debilidades y estamos trabajando en ellas, porque necesitamos producir durante todo el año y hacer que la agricultura familiar sea sostenible”, señaló en conversación con ABC.
Respecto a cómo las condiciones climáticas adversas y problemas con la oferta de productos frutihortícolas impactaron en la inflación, el ministro señaló que se sigue trabajando para estabilizar la producción de los diversos rubros a través de innovaciones y monitoreo constante del mercado.
El mercado del tomate
“Hay rubros donde sí se puede lograr como, por ejemplo, el tomate. Estamos estabilizando la producción y la oferta. Algo que nos ayudó a descongestionar el mercado fue la exportación a la Argentina. Ya tenemos casi 2.000.000 enviados”, añadió.
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Mencionó que otros rubros con potencialidad de exportación son el repollo y zapallo, aunque aclaró que este año no se logró “armonizar y homologar” las condiciones fitosanitarias para los envíos. Recordó que, hasta ahora, solo se consiguió enviar una carga de cebollas debido a que “los precios no ajustan”.
“Necesitamos tener el oxígeno y la espalda para aguantar la cosecha, almacenarla y venderla en forma oportuna. Esa es una estrategia”, indicó. No descartó que en el 2025 se logre la habilitación de nuevos mercados para exportar productos frutihortícolas.
Acuerdo Mercosur-UE
El ministro destacó además el fin de las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea y aseguró que se trata de una gran oportunidad para el sector agropecuario nacional.
El acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea también plantea paralelamente una serie de desafíos como, por ejemplo, el reglamento 1115 o la ley antidesforestación, el reglamento interno del bloque europeo recientemente postergado. Al respecto, Giménez expresó que “no hay por qué sentir temor ante las exigencias”.
Argumentó que el sector agropecuario nacional tiene muchas bondades y que, tal como sucedió con la carne, la agricultura también puede apostar a la trazabilidad para lograr la certificación.
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“Lo hemos logrado con la carne y si bien con el grano siempre es más difícil, porque hay que segregar, hay que utilizar la tecnología. La postergación da mayor tranquilidad, pero no implica descuidarnos. Es cuestión de seguir trabajando con el sector privado”, refirió.
Fortalecer “espíritu cooperativo”
Giménez se refirió además a la necesidad de fortalecer las organizaciones campesinas a fin de seguir impulsando la producción y el acceso a nuevos mercados para el segmento. “Todavía hay mucho individualismo. Aunque existe organización, hay todavía debilidades sobre las cuales tenemos que trabajar para que la gente pueda tener ese espíritu cooperativo y asociativo. Son situaciones que vamos a ir corrigiendo”, añadió.
Por otra parte, el ministro minimizó las diferencias que este año lo enfrentaron con ciertos líderes de asociaciones de productores y se limitó a señalar que “no siempre todos estarán de acuerdo con la forma de trabajar” y que “no dará el brazo a torcer respecto a los vicios que vienen perjudicando a los productores verdaderos”.
En octubre pasado, el presidente de la Asociación de Productores de Caaguazú, Lucio Gómez, denunció que el ministro de Agricultura y Ganadería lo llamó para amenazarlo con que le cerrará el mercado, luego de que publicara un vídeo en el que cuestionaba al Gobierno y lamentaba que sus cultivos se echen a perder por falta de compradores.